Doña Patricia Ochoa

El general Gabela vive en la memoria ciudadana como un hombre honesto, un patriota; el hombre de bien que se reveló ante un poder y sistema corruptos.
Conocí a doña Patricia Ochoa en un evento en el Centro de Convenciones de Guayaquil. Había pasado poco más de un año del asesinato del general Jorge Gabela.
Su lucha porque la verdad sea develada y no sacrificada por el gobierno de Correa, que ya le había metido mano a la justicia, ha sido indeclinable.
Figura clave en esta lucha, es el perito Roberto Meza, quien realiza las pericias necesarias, presentando su informe constante en tres productos, como los denominaba, de los cuales “el tercero” contenía los nombres de los presuntos autores intelectuales del asesinato del general Gabela, así como de quienes se beneficiaron con la compra de los helicópteros Dhruv.
Según el perito Meza el tercer producto fue objeto de mutilación y sustitución por parte de funcionarios del gobierno de Correa, ocultando la identidad de los involucrados como autores intelectuales, así como los beneficiarios por la compra de los helicópteros, a sabiendas de que estaban cuestionados internacionalmente por haber sufrido de fallas de vuelo.
Durante los 10 años del correísmo y cuatro del morenismo pretendieron afianzar la farsa del asesinato por delincuencia común. En este punto cabe recordar aquel refrán que dice: “la constancia logra lo que la dicha no alcanza”. La tenacidad, coraje y decisión de doña Patricia, de no darse por vencida, con la claridad de que en algún momento Rafael Correa debía dejar el poder y con la esperanza de que la justicia retome su razón de ser, hoy se ve recompensada, con la reconstrucción del tercer producto por el perito Meza. La verdad de que durante ese tiempo fuimos gobernados por delincuentes sale a la luz.
Sin lugar a dudas doña Patricia Ochoa encontrará paz para su angustia, pese a su dolor por la pérdida. El general Jorge Gabela vive en la memoria ciudadana como un hombre honesto, un patriota; el hombre de bien que se reveló ante un poder y sistema corruptos.
Ojalá los casos como el de Fausto Valdiviezo y otros tantos, encuentren justicia. Sin dudas la tenacidad de doña Patricia Ochoa de Gabela, con su llamado de “No se rindan”, enciende la esperanza de justicia.