El hoyo en que nos encontramos

Albert Einstein decía: “No se pueden obtener resultados distintos, haciendo lo mismo”
Alexander von Humboldt sobre los ecuatorianos decía: “Los ecuatorianos son seres raros y únicos; duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”.
Traigo a colación este pensamiento de Humboldt para de alguna manera tratar de entender los resultados electorales y encontrar una explicación a los mismos, por más absurda que fuere.
Pareciera que el centro sobre el que gira la reflexión de Humboldt es la dualidad presente en la esencia del ecuatoriano. Solo bajo tal premisa podríamos entender que siendo el narcotráfico el elemento fundamental del crecimiento de la violencia, traducido en sicariato, secuestros, extorsiones, vacunas, etc., la ciudadanía haya votado en contra de la extradición de los narcotraficantes y/o de aquellos ligados a los negocios conexos con dicha actividad.
Traído a tiempo presente, solo con esa dualidad contradictoria como esencia del ecuatoriano se podría entender, mas no justificar, que reelijan a asambleístas cuya credibilidad era nula hasta el momento de la disolución de la Asamblea por la muerte cruzada. O que se vote por un movimiento absolutista, identificado con la corrupción, identificado como amigo de las mafias del narcotráfico y acogedor de narcopolíticos; quienes nada han hecho para combatir la inseguridad. Todo lo contrario, su lucha es en favor de la impunidad. Lo que es peor es el desparpajo con el que resaltan que antes estábamos mejor y que repetirán su estilo y prácticas de volver a ser gobierno.
Pareciera que esa dualidad contradictoria nos ubica en una suerte de pueblo masoquista, que disfrutamos con el sufrimiento, que el sádico nos profiere. Solo bajo tal premisa se podría entender, no justificar, esa codependencia al sádico que nos lo causa.
Solo así podría explicarse, no justificarse, que escojan justo lo que repudiamos.
Albert Einstein decía: “No se pueden obtener resultados distintos, haciendo lo mismo”. Mientras no abandonemos esa actitud dualista, masoquista, codependiente, jamás saldremos del hoyo en el que nos encontramos.