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Lobos con piel de borregos

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La mayoría de quienes participaron en dicho gobierno están siendo juzgados a nivel nacional e internacional por temas de corrupción

Para muchos es conocido aquel refrán de: “es lobo con piel de oveja”, refiriéndose a quien aparentando bondad, honestidad, ser amoroso con su familia y amigos, trabajador y ético, esconde su perversidad, corrupción y embuste.

Los ecuatorianos vivimos bajo tal comportamiento en el período de 2007 a 2017, en el gobierno de la Revolución Ciudadana; aquel de “manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes”, en el que la Asamblea mayoritariamente correísta fue sumisa a la voluntad y capricho del presidente Rafael Correa (R.C.), lo cual llevó a que se le ponga el apodo de “borregos levanta manos”.

Para nadie es desconocido que la mayoría de quienes participaron en dicho gobierno están siendo juzgados a nivel nacional e internacional por temas de corrupción; unos prófugos en el extranjero y otros sentenciados pero con libertad bajo el beneficio de la pena sustitutiva. Resultando por tanto en manos manchadas por la corrupción, mentes delincuenciales y corazones odiadores. Tampoco son novedad las irregularidades de aquella época en los concursos de méritos para integrar los organismos de control.

Curiosamente en la actualidad para la conformación del CPCCS y para completar las vocalías electorales se cae en la misma mala práctica, llenando dichos cargos con afines a la Revolución Ciudadana, allanando el camino del correísmo para retomar el poder a como dé lugar.

Hoy, frente a esta “elección exprés”, los RC dan un giro a la imagen negativa de la denominación ‘borregos’, presentando caricaturas de pequeños borreguitos, desempeñando diversos roles, lo cual se compadece con las características propias del embustero de profesión y de su perversidad al manipular la sensibilidad ciudadana con una campaña llena de ternura y supuesta inocencia.

Para no caer en el engaño de “los lobos con piel de borrego”, basta tener presente que la situación de inseguridad, de falta de empleo y de corrupción que nos tiene agobiados se la debemos a ellos.

R. C. en cada sabatina repetía: “prohibido olvidar”; mas en esta elección exprés la frase que cabe es: prohibido dejarse engañar.