Premium

Modesto Gerardo Apolo: ¡Cuidadito!

Avatar del Modesto Apolo

Analicemos las consecuencias de la impunidad en un Estado de derecho en el cual la ley debería ser igual para todos.

Respecto al juicio político contra la fiscal Diana Salazar, condición del correísmo para la gobernabilidad, es evidente el objetivo correísta de lograr impunidad para sus actos de corrupción.

Analicemos las consecuencias de la impunidad en un Estado de derecho en el cual la ley debería ser igual para todos.

La impunidad permite que los culpables evadan la justicia, perdiendo los ciudadanos la fe en el sistema legal, debilitando la democracia.

Cuando los poderosos o aquellos con conexiones políticas evitan las consecuencias de sus acciones, la población ve un sistema legal injusto, llevándolo a desconfiar en el gobierno y la justicia, fomentando la corrupción.

Cuando los delincuentes saben que es poco probable que sean arrestados o que siéndolo sean condenados, de serlo apuntan a ser indultados o amnistiados, y continúan delinquiendo, aumentando la criminalidad y el debilitamiento de la seguridad ciudadana. Así, la impunidad erosiona la legitimidad del Estado de derecho, dando cabida al Estado fallido.

La falta de responsabilidad lleva a un ciclo de impunidad, donde la corrupción y la injusticia se vuelven normales, socavando la estabilidad política y la cohesión social, ya que los ciudadanos pueden volverse más propensos a la protesta violenta y la desobediencia, tal como sucedió en los levantamientos indígenas del 2019/2021, el descontrol carcelario o la rodada del terror la noche de Halloween reciente.

La impunidad lleva al hartazgo político y este a la desaparición de los partidos corruptos; pasó con el roldosismo, igual fin debería tener el correísmo.

La impunidad aleja la inversión formal y el desarrollo económico; los carteles delincuenciales son los que invierten mayoritariamente en países donde la impunidad es rampante, donde el riesgo de las inversiones aumenta sus ganancias gracias a que se puede vulnerar la aplicación de contratos y derechos de propiedad.

Si lo manifestado se parece a nuestra realidad, repudiemos la impunidad, y sepultemos a los políticos que la propugnan, persiguen e incentivan, ya sea desde la Asamblea o el Ejecutivo.

Así que... ¡Cuidadito!