Péndulo del resentimiento

Para evitar el péndulo electoral del resentimiento debemos fortalecer el sentido y pertenencia de comunidad
Tras la elección de Inácio ‘Lula’ da Silva en Brasil, Latinoamérica se encuentra tomada por el narcosocialismo del siglo XXI en un 90%. La pregunta que cabe es: ¿qué elementos jugaron para tal resultado?
El primero de ellos, culto al individualismo; seguir al ‘mesías’ que ofrece milagros que sabe no podrá cumplir, acudiendo al clientelismo electoral, regalando en campaña camisetas, víveres, etc., creando la falsa sensación de que en el poder los regalos se multiplicarán por miles.
El segundo elemento, desintegrar la unidad social, ya que individuos desorganizados son fácilmente inhabilitados por cualquier medio al alcance. Es así como la narcoizquierda del Foro de Sao Paulo y su socialismo del siglo XXI se han tomado Latinoamérica con candidaturas financiadas con el lavado de los narcodólares, para que cuando el narcopolítico llegue al poder, cobrarle el favor para que les permita sumergir a dichos países en el tráfico y consumo de drogas, lavado de activos y corrupción. En el Ecuador, hoy padecemos las consecuencias de 15 años de gobiernos cómplices que entregaron el país a la delincuencia organizada, y a la narcopolítica izquierdista, cuya fortaleza se debe a la unidad, identidad y pertenencia grupal.
El sentimiento de traición, engaño, es el que mayoritariamente genera resentimiento y la consecuente reacción de repudio, eligiendo en las urnas al contrario, como castigo, sin importar las consecuencias. Solo así podemos entender, no justificar y menos aplaudir, el dominio de la narcopolítica de izquierda en el 90 % de Latinoamérica; por tanto, el tercer elemento es la manipulación emocional para convertir al resentimiento en voto como castigo al gobierno de turno y su modelo económico, generándose así lo que en política se denomina péndulo electoral.
Para evitar el péndulo electoral del resentimiento debemos fortalecer el sentido y pertenencia de comunidad, invertir en lo social, adoptar el esquema de la educación formativa nipona, para a futuro tener una sociedad próspera y segura, gracias a tener mejores electores, mejores candidatos y mejores gobiernos.