Reingeniería del sistema

El pedido de retorno de Correa es el anhelo de retornar al acuerdo de hecho que en el pasado les permitió, en esa suerte de ‘statu quo
La “reingeniería”, en lo político, surgía en la segunda mitad del siglo XX, como necesidad de crear institucionalidad organizada que garantice efectividad. Hoy se hace necesaria ante el deterioro de la institucionalidad y la corrupción en estas, como por ejemplo, en algunos casos del Legislativo, administración de justicia, etc., donde la injerencia de la narcopolítica es un secreto a voces.
Las cárceles están convertidas en centros de convenciones delincuenciales, desde donde las mafias al servicio de la narcopolítica planifican y deciden sobre la vida y economía de los ecuatorianos, viviendo en la práctica una suerte de gobierno paralelo. Solo así se puede comprender, no justificar, que la sociedad ecuatoriana esté secuestrada por la delincuencia, gracias a la paz armada durante los últimos 15 años. Esta suerte de concordato le permitió a la delincuencia, nacional e internacional, ganar fuerza y territorios, convirtiéndonos en narcoestado, como lo calificara Pancho Huerta.
Con uno de los concordantes fuera del ejercicio del poder político sale a la luz la magnitud y realidad del problema.
La pérdida del apoyo político del correísmo, fuera del Ejecutivo, obliga a dichas bandas a activar el terror contra la ciudadanía. Sicariatos, vandalismo, secuestros de ciudadanos comunes son recursos utilizados para forzar a la sociedad civil a que exija al gobierno de turno ceder posiciones en nombre de alcanzar la anhelada paz.
Reveladora la imagen de las PPL en el techo de la Penitenciaría del Litoral, con pancartas que decían: “sus leyes nos están matando”, “queremos que vuelva Correa”, mensajes que dejan en claro que la declaración de terrorista a la delincuencia organizada y aplicar el uso progresivo de la fuerza fueron aciertos que afectan a sus operaciones.
El pedido de retorno de Correa es el anhelo de retornar al acuerdo de hecho que en el pasado les permitió, en esa suerte de ‘statu quo’, actuar con impunidad, crecer y reforzarse.
De lo manifestado, hacer una verdadera reingeniería del sistema Legislativo, Ejecutivo y Judicial será la forma de acabar con la inseguridad.