El Salario Básico Unificado
La fijación del salario básico unificado (SBU) es un dolor de cabeza para todo gobierno, ya que siempre existen tensiones entre los trabajadores, apuntando al monto que desean alcanzar, y los empresarios, tratando de que no se incremente la remuneración o que el incremento sea el mínimo para que su producto no deje de ser competitivo por su elevado costo de producción; y el Gobierno por no perder votos.
El inciso tercero del Artículo 117 del Código de Trabajo manifiesta: “… La fijación de sueldos y salarios que realice el Consejo Nacional de Salarios, así como las revisiones de los salarios o sueldos por sectores o ramas de trabajo que propongan las Comisiones Sectoriales, se referirán exclusivamente a los sueldos o salarios de los trabajadores sujetos al Código de Trabajo del sector privado”.
El terminó revisión se define como: “el análisis o examen atento y cuidadoso de una cosa”, nótese que no es sinónimo de incremento.
El problema se da porque para la fijación del SBU toman de referencia el costo de la canasta básica, el cual por efecto inflacionario en cascada se dispara, porque el incremento realizado políticamente es trasladado por toda la cadena de producción, intermediación, transporte, comercialización, etc., al consumidor final.
El efecto inflacionario en cascada se elimina estableciendo la remuneración mixta; esto es, un mínimo fijo y el resto con base en porcentajes con parámetros de productividad por rama sectorial; lo más parecido al vendedor que gana un sueldo fijo bajo, pero su remuneración puede ser considerablemente alta con base en las comisiones, superando con creces el costo de la canasta básica, resultando en productos baratos y mayor capacidad económica de compra.
La promesa de campaña del hoy presidente Guillermo Lasso fue que a lo largo de su período de gobierno (4 años), el SBU llegará hasta $ 500, y no que en el 2022 sería de $ 500.
La política salarial para ser técnica debe abstraerse de la política electoral; solo así se logrará prosperidad y salarios justos, pasando a segundo plano el costo de la canasta básica, así superado.