Salud sin plata, una quimera

Los indicadores de nada sirven, porque servicio de salud sin plata es una quimera.
El art. 32 de la Constitución, referente a la salud manifiesta: “La salud es un derecho que garantiza el Estado, cuya realización se vincula al ejercicio de otros derechos, entre ellos el derecho al agua, la alimentación, la educación, la cultura física, el trabajo, la seguridad social, los ambientes sanos y otros que sustentan el buen vivir”.
El pasado martes el presidente Lasso declaraba que en el 2023 el primer objetivo del Gobierno será mejorar el servicio de salud pública y la entrega de medicinas a los usuarios. Tanto la declaración del art. 32 de la Constitución de Montecristi, como la del presidente de la República quedaban como una quimera ante la realidad de que el gobierno, entendiéndose MSP, IESS, ISSPOL e ISSFA, son deudores contumaces de los centros de salud privados que mantienen convenios de prestación de servicios de salud a los afiliados de las instituciones antes descritas; así como incumplen la obligación de entrega de medicina gratuita a los enfermos terminales, en especial a los diabéticos, hipertensos y trasplantados. Es así que mientras el presidente hacía su declaración a las 12 horas, ese mismo día, a las 14 horas debía llevarse a cabo la audiencia por la apelación presentada por entidades de salud (MSP e IESS) por una sentencia del juez constitucional que las obliga a entregarle los fármacos de manera oportuna a ocho grupos de pacientes de enfermedades catastróficas.
Si en verdad la salud fuera una prioridad, el Gobierno, que ha sido exitoso en el manejo de la macroeconomía, debería ponerse al día con los prestadores de salud, Solca, Junta de Beneficencia de Guayaquil, Benemérita Sociedad Protectora de la Infancia (hospital León Becerra de Guayaquil) y paradójicamente, con los empleados del Ministerio de Salud e Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.
Todos conocemos que la salud cuesta y que por tanto se requiere de dinero para poder solventar la compra de insumos, pago de sueldos y demás costos que la prestación del servicio de salud demanda. Los indicadores de nada sirven, porque servicio de salud sin plata es una quimera.