Turismo y vandalismo no es lo mismo

Para los vándalos nada más divertido que el caos y más aún ante la posibilidad de ser indultados por una Asamblea
¿Qué tienen en común los excesos en los feriados en Salinas y el comportamiento de la protesta social en la Capital? El vandalismo y la violación de derechos de la mayoría, por parte de una minoría fuera de control, violando el derecho de la mayoría al trabajo y a la convivencia pacífica en la ‘protesta social’, y violando el derecho de la mayoría, al esparcimiento y reposo familiar en el feriado en Salinas, escudarse en el ‘supuesto’ ejercicio de derechos; el derecho a la resistencia en la ‘protesta social’, y el de la ‘diversión’ en el del feriado en Salinas.
Para los vándalos nada más divertido que el caos y más aún ante la posibilidad de ser indultados por una Asamblea aliada a aquellos corruptos prófugos, que permitieron durante 10 años a los carteles delincuenciales adueñarse del país. De ahí la sociedad caótica, indisciplinada, anarquizada y secuestrada por la delincuencia.
¿A quiénes debemos el descontrol y el vandalismo? A esos que se niegan a legislar para tener una sociedad ordenada, disciplinada y bajo control de las autoridades competentes; antídoto para la corrupción, la inseguridad y el vandalismo imperantes.
Se lo debemos también a la desinformación continua de troles en redes sociales y a cierta prensa sensacionalista, que hacen de la especulación e hipótesis relativas, verdades absolutas; creando entre telones el escenario a los verdaderos corruptos en su “teoría de la persecución política”, entelequia propia del correísmo, sin que hasta hace pocas semanas hayan tenido un contradictor que dé la talla, como Henry Cucalón, el actual ministro de Gobierno.
Hasta la presente, como hace 14 años, el narcosocialismo y su Estado de propaganda a través de redes sociales y sus aliados en la Asamblea nos han marcado la agenda de la discusión pública, poniendo sobre el tapete cualquier tema real o imaginario, como culpar al Gobierno de incapacidad de brindar seguridad a la sociedad, e incapacidad de combatir el vandalismo, ese vandalismo que el correísmo permitió e indultó y que hoy padecemos, camuflados como protesta social y como ‘turismo’ en los feriados.