Mónica Cassanello | Grinch callejero
Está claro, y las autoridades lo saben, que la única solución es la de implementar un sistema de transporte público integrado
Se supone que en estos últimos días del año deben reinar la paz y la solidaridad. Sin embargo, no hay nada más contraproducente que manejar por las calles de Guayaquil y tener que soportar los embotellamientos de tránsito y las agresiones de choferes de todo tipo de vehículos, incluidas las motos. ¡Adiós espíritu navideño! El Grinch entra en acción. Y se exacerba con cada nuevo atropello del que somos objeto. Como cuando uno sortea un casi inminente choque porque un carro repentinamente apareció por la izquierda y se coló en la fila, burlándose de usted y de todos los que respetuosamente habían avanzado en orden. ¡Para qué quejarse! Nadie lo sancionará, pues el vigilante de tránsito no se entera de nada; está entretenido viendo su celular.
El caos vehicular se intensifica en estas fechas, pero es un mal de todos los días. La vía a Samborondón se amplía para que cuente con más carriles. En la Av. de las Américas se construye otro paso elevado. Son medidas que darán apenas un alivio momentáneo. En pocos meses habrá más carros que los que circulan hoy y las vías resultarán insuficientes ante el incremento de vehículos rodando por ellas, saturando nuevamente calles y avenidas, en un círculo vicioso sin fin. Está claro, y las autoridades lo saben, que la única solución efectiva es la de implementar un sistema de transporte público integrado, asequible, cómodo y seguro, que lleve a que la mayoría de la población opte por usarlo en lugar de preferir un vehículo particular. Mientras ello no ocurra, el parque automotor de la ciudad crecerá año a año, copando vías que ya no pueden ampliarse más. Esto incluye a las motos, que se han multiplicado exponencialmente, no solo por los cambios de hábito de la gente, que tras la pandemia y ahora por la inseguridad, cada vez hace más pedidos a domicilio, sino porque ante la falta de transporte público eficiente, las personas adquieren una motocicleta (ahora hasta bicicletas eléctricas) por ser la alternativa más barata de transporte privado.
Los alcaldes de Guayaquil, Durán, Samborondón y Daule deben coordinar acciones cuanto antes y planificar la implementación de ese sistema de transporte público integrado, única solución real para el tráfico infernal con el que lidiamos cada día.
Otra medida urgente: una campaña masiva e intensiva de educación vial.