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Mónica Cassanello: Sin Metrovía no hay paraíso

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Convertir a la Metrovía en un medio de transporte público óptimo será el punto de partida para generar un gran cambio

Guayaquil contará con un sistema de movilidad intermodal, que conectará ciclovías, Aerovía, Metrovía y la prometida Fluvivía, con un solo pago. ¡Qué ilusionados estuvimos los guayaquileños, incluso los que no votamos por el nuevo alcalde, cuando ofreció esta maravilla! Luego de que asumió funciones, fuimos capaces de comprender que lo había sorprendido el desastre dejado por la anterior administración municipal. Pudimos entender también que el déficit heredado le dificultaría cumplir con mucho de lo ofrecido, pero aspirábamos a que en función de la escasez de recursos establecería prioridades y comunicaría un plan de acción posible.

En una ciudad como Guayaquil, que ya debe tener más de 700.000 vehículos circulando por sus calles, con aproximadamente 2´750.000 habitantes, de los cuales entre un 70% y un 80% se moviliza en transporte público y que recibe a diario una población flotante proveniente de Durán, Samborondón, Daule, Milagro y otros cantones cercanos, que viene a trabajar, hacer negocios o todo tipo de trámites personales, incluyendo atención médica, la vialidad y la transportación pública masiva deberían ser los temas urgentes a resolver, a la par que la seguridad, claro está, para empezar a mejorar la calidad de vida de la gente.

Los meses han pasado y la movilidad en Guayaquil se ha deteriorado aún más. Buses incendiados, toda la Troncal 2 de la Metrovía fuera de circulación, la Troncal 4 sin hacerse realidad, mucho menos pensar en completar las siete troncales de las que alguna vez se habló; unidades sin aire acondicionado, con un calor agobiante, atestadas e inseguras, sin condiciones adecuadas para personas mayores o con discapacidad. Congestionamiento, desorden, vías saturadas. Un servicio deficiente e indigno y un escenario caótico, día a día.

Convertir a la Metrovía en un medio de transporte público óptimo será el punto de partida para generar un gran cambio en Guayaquil y de allí avanzar a la consecución de un sistema integrado multimodal. Cuando sea el modo más rápido, seguro y confortable para llegar de un punto a otro en la ciudad, incluso quienes tienen vehículo propio optarían por usarlo, disminuyendo la congestión de las vías al bajar el número de vehículos en circulación, así como la contaminación del aire.