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Capaces de dejar la vida...

Avatar del Mónica Cassanello

Que estas palabras del director Gustavo Alfaro a nuestra joven selección se conviertan en el credo de nuestras figuras públicas, ahora que aún estamos a tiempo de salvar a nuestro país.

Ver triunfar a la Tri es uno de los más grandes sueños del Ecuador. El fútbol nos hace vibrar a todos, sin embargo, no es el mayor anhelo de los ecuatorianos. Lo que más queremos hoy es vivir en paz y sin miedo.

Salir del caos y la incertidumbre sería muy posible si quienes dirigen y hacen nuestra política tuviesen la voluntad de lograrlo. Si aquellos que se han distinguido por su gran poder de convocatoria lo utilizaran para motivar a la ciudadanía a superar los graves problemas de nuestra sociedad; si aquellos que veneran a su caudillo con fanatismo inquebrantable lo canalizaran hacia la causa de librar al país de las mafias corruptas que lo están aniquilando, volviéndose incluso contra el cabecilla que traicionó los ideales de tantos.

Escucho en mi cabeza las palabras motivadoras de un verdadero líder, alentando a su equipo a llevar al Ecuador al triunfo, aun a pesar de que haya inmensos obstáculos y hasta desesperanza: “...es el inicio de algo muy importante, el desafío es de 17 millones de personas. Nosotros somos los que vamos a llevar adelante la voluntad y los sueños de un país. Vamos a luchar para hacerlos felices y si no podemos conseguir lo que el país quiere, vamos a dejar la vida para que sientan la dignidad de un grupo que se siente identificado con una bandera, con un escudo y con un himno nacional”. Es lo quisiéramos oír de los labios de nuestros “líderes” políticos a sus huestes, asumiendo la patriótica tarea de rescatar al Ecuador de su hasta ahora oscuro futuro. Eso exigiría conversión, arrepentimiento, verdadero deseo de rectificar lo hecho a través de décadas de gestionar los recursos de todos en beneficio propio y no de los ciudadanos; de haber permitido tanta corrupción y enriquecimiento ilícito, de haber dividido a los ecuatorianos.

Que estas palabras del director Gustavo Alfaro a nuestra joven selección se conviertan en el credo de nuestras figuras públicas, ahora que aún estamos a tiempo de salvar a nuestro país. Que no ocurra lo que en Líbano, la otrora Perla del Medio Oriente, que hoy agoniza por el actuar de su clase política. ¡Danos, Señor, políticos santos! ¡Capaces de dejar la vida por su patria!