Ecuador también está en la Luna
Ecuador seguirá estancado, desenfocado, en la Luna
¡India llegó a la Luna! A la altura de los países más desarrollados. Pese a sus grandes conflictos sociales y a su pasado de subdesarrollo va avanzando vertiginosamente. Hoy es una de las economías más grandes del mundo y junto con China, el mayor mercado de consumidores del planeta. Aunque permanecen algunos de sus más graves problemas, va progresando en otros campos. Lo mismo pasa con Perú; no obstante su descalabro político, no detiene su crecimiento. Ambos países, con las distancias que los separan por tamaño y poderío económico, siguen un rumbo aun cuando su situación es bastante imperfecta. En cambio Ecuador está paralizado, haciendo autocombustión, como una familia que se destroza internamente con peleas entre todos sus miembros, mientras los vecinos del barrio van progresando y pasando a mejores condiciones de vida. Cada cuatro años (y ahora menos) se repite la película: pocos días antes de la votación la gente deja la inercia y se da cuenta de todos los cambios que hay que hacer en las leyes electorales, de todo lo que las autoridades y funcionarios deben o no pueden hacer, de todo lo que hay que conocer, investigar, exigir para transformar al país, y de que, una vez más, ya no hay tiempo para hacerlo. Pero la claridad mental desaparece a pocos días de revelados los resultados de los ganadores, junto con el interés y el ímpetu de transformación. Entonces el presidente electo, la Asamblea, los diferentes consejos, cortes, municipios y demás entes gubernamentales retoman su agenda propia y los ecuatorianos pasamos a hibernar. Muchos seguirán produciendo, inventando, innovando, pero no tendrán apoyo estatal para hacer realidad o potenciar sus emprendimientos y generar progreso, pues sin la presión de la mayoría de ecuatorianos el Estado no se verá forzado a cumplir su rol con eficiencia y probidad.
Mientras sigamos siendo cómodos y ciclotímicos, y no exijamos los cambios necesarios, involucrándonos, controlando, organizándonos y manifestando masivamente nuestras demandas; y mientras los políticos y autoridades sigan contando con las absurdas leyes vigentes para anteponer sus intereses a los del país, Ecuador seguirá estancado, desenfocado, en la Luna.