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Esa lucha interna...

Avatar del Mónica Cassanello

Vivimos en una época en que todo lo que conocíamos se transforma a una velocidad vertiginosa. La infinidad de tareas que realizamos a diario y la sobreabundancia de información que recibimos, más aún con la nueva vida artificial en redes sociales.

En medio de este país vandalizado, caótico, se dan miles de combates silenciosos...

Dice la reconocida psiquiatra española Marian Rojas Estapé que quienes viven en el pasado son presa de la depresión y que quienes están preocupados por el futuro sucumben a la ansiedad. Que hay que vivir en el presente. Y en eso coinciden la mayoría de motivadores, sicólogos y gurús de nuestro mundo moderno, sin embargo parece que el aquí y el ahora resultan demasiado aterradores para gran parte de los humanos porque la depresión y la ansiedad se están convirtiendo en epidemias.

Vivimos en una época en que todo lo que conocíamos se transforma a una velocidad vertiginosa. La infinidad de tareas que realizamos a diario y la sobreabundancia de información que recibimos, más aún con la nueva vida artificial en redes sociales, nos abruman y nos dejan sin tiempo para reflexionar y hasta para lo más básico: dormir bien, comer sano y sin prisa, pasar tiempo simplemente disfrutando con la familia o los amigos.

Esta carrera imparable nos conduce a una sensación de soledad, indefensión, desamparo. Lo más triste es que la ansiedad y depresión que genera este estilo de vida está afectando incluso a los niños y adolescentes, que en teoría no deberían tener preocupaciones tan graves como para que los agobien.

Los desarreglos emocionales pueden desembocar en padecimientos mentales y para superarlos es imprescindible buscar ayuda profesional. Por eso creo que es prioritario desestigmatizar a las enfermedades mentales. Empecemos a tratarlas como cualquier otra afección: diabetes, cardiopatía, hipertensión... Muchas veces se producen por desórdenes bioquímicos que se minimizan o eliminan con la toma de medicación y quienes las sufren pueden llevar una vida plena, pero no consultan a un médico por miedo a ser señalados socialmente.

La ansiedad y la depresión hacen ver las situaciones que enfrentamos más difíciles de lo que en verdad son. Y en ocasiones quienes las atraviesa deciden quitarse la vida, dándose por vencidos ante la desesperanza y la tristeza. ¡No más estigmas! Hagamos más fácil la lucha.