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Paxate para todos

Avatar del Mónica Cassanello

Como humanos comunes que somos estamos lejos de tanta perfección

Cómo no preocuparse ante tanta basura política. Cómo no indignarse al ver que mientras se disputan el poder, el país se desmorona. Cómo no pensar en querer salir y encontrar, tal vez en otro continente, un lugar más seguro para vivir. Cómo no inquietarse y hasta deprimirse al ver que en casi todo el mundo reinan el absurdo, la guerra, la corrupción. Cómo no desesperarse ante los desastres naturales cada vez más devastadores y escuchar que los científicos los atribuyen al cambio climático, sin que por ello los líderes de las naciones más poderosas reaccionen y centren su atención en salvar al planeta. La mayoría no tendremos los recursos para escapar a Marte o a algún otro reducto del universo en alguna nave de Elon Musk. Hace falta mucha sabiduría y desarrollo espiritual para no sucumbir ante tanta incertidumbre, para no descentrarse.

Como humanos comunes que somos estamos lejos de tanta perfección. Sin embargo y a pesar de las circunstancias -en especial en situaciones como las que vivimos hoy en nuestro país-, y aun yendo en contra de nuestros hábitos, de nuestra comodidad y del pesimismo que nos genera nuestra actual realidad, podemos elegir ser mejores, hacer el menor daño posible, y más aún, realizar cosas buenas que beneficien a las personas que nos rodean y a nuestro entorno.

Si individualmente como ciudadanos no nos sentimos capaces de incidir en forma significativa en el rumbo que sigue nuestra sociedad, eso no debe apartarnos de nuestros ideales, ni desmotivarnos, ni desmoronarnos. Actuemos en nuestro círculo inmediato. Cada uno en su hogar dé un trato justo a la empleada doméstica, procure abrir más ventanas y encender menos aires acondicionados, vaya a pie a donde pueda en lugar de coger el carro, medite u ore y ejercítese para llenarse de optimismo y actitud positiva; ceda el paso en el tráfico, disfrute con los suyos de la naturaleza, reúna a sus amigos y converse sobre sus preocupaciones pero también acerca de sus alegrías; siembre árboles y plantas; recicle, clasifique residuos; sea honesto; ayude al vecino, al conocido, al extraño. Es la única forma de encontrar paz en medio del caos diario y de tener la lucidez necesaria para avanzar día a día con la urgencia serena que estos tiempos locos demandan.