Ni Piqué ni Shakira; ni Harry ni Meghan

Dejemos de lado la farándula internacional a la que tanta atención prestamos y hagamos bien la tarea, aunque sea a última hora.
Quienes tienen uso de razón recién desde inicios de los 90 del siglo pasado en adelante no se sentirán identificados con lo que vivíamos los estudiantes de secundaria de los 80, cuando todavía no teníamos ‘streaming’, ni YouTube ni televisión por cable y las opciones para entretenernos se limitaban a la programación de apenas cinco canales de televisión nacional. Creo que a la mayoría nos agarraba el domingo por la noche haciendo los deberes -a última hora- que debíamos presentar al día siguiente, acompañados por los multiproductos y los concursos del Caballo Loco y la Gymkana de Chispazos. Siempre a última hora.
Estamos a 15 días de las elecciones de alcaldes, prefectos, concejales, miembros del Cpccs y de una consulta popular en la que se tratarán temas que permitirían al menos iniciar reformas que resultan fundamentales para luchar contra la impunidad que permite nuestro sistema de justicia, contra la fácil manipulación de la designación de las principales autoridades de control a través de la captación del organismo encargado de nombrarlas, y contra la informalidad en la afiliación a los partidos políticos, entre otros temas. Es urgente e imprescindible dar estos primeros pasos para romper la inercia en que vivimos, apáticos e indiferentes al desastre imperante en el país. Y es indispensable que revisemos los programas de los candidatos que están postulándose para las distintas dignidades, y que indaguemos sobre su trayectoria política, tributaria y también personal, para saber qué tipo de individuos son.
Vivimos corriendo y no nos queda tiempo para dedicarnos a investigar y leer detenidamente, pero hagamos un paréntesis, como cuando teníamos que dar un examen muy importante y estudiábamos concentradamente para aprobar la materia. La situación actual del país es muy delicada y no podemos, ni cómoda ni cobardemente, librarnos de la responsabilidad de tomar decisiones acertadas. Conversemos con nuestros familiares, compañeros, amigos y colaboradores. Nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos y nietos, en todos los niveles socioeconómicos. Dejemos de lado la farándula internacional a la que tanta atención prestamos y hagamos bien la tarea, aunque sea a última hora.