Paúl Palacios | Bandera blanca
Cuando se le sugiere ‘bandera blanca’ al agredido, se valida la fuerza y brutalidad del agresor como única razón para lograr la paz.
El papa Francisco, en una entrevista grabada en el mes de febrero con la empresa de medios suiza RSI, insta a que Ucrania ice la bandera blanca en medio de la guerra en la que se defiende de la invasión rusa a su territorio y negocie la paz. Dice que “la palabra negociar es una palabra valiente. Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van bien, necesitas tener el coraje de negociar”.
Tras una guerra que se desencadenó con la abierta invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022, se han producido decenas de miles de muertes de soldados de ambos bandos, y también miles de muertos civiles del lado ucraniano, así como la devastación de gran parte del territorio y la destrucción de casi el 50 % de la economía ucraniana. Es difícil opinar a 12.000 kilómetros de distancia sobre el enorme dolor que sufre el pueblo ucraniano y la pretensión del Kremlin, pero viendo lo que pasa y lo que la historia relata, no es otra cosa que reeditar los días del nazismo. Hitler, con el pretexto de que en Bohemia, Moravia y Silesia oriental había habitantes de origen predominantemente alemán, en 1938 se pasó por encima la frontera y se apropió de los Sudetes, sin que nadie en el mundo se opusiera.
Hitler con eso reeditó ‘la teoría del loco’. Como percibió que no había disposición de lucha, y los demás países escogieron levantar la bandera blanca, fue por ellos. En 1939 le tocó el turno a Polonia, y cuando Inglaterra y Francia quisieron reaccionar, ya fue tarde; también a ellos te tocó su turno, y a toda Europa.
Quizá entonces el papa Francisco le hubiera recomendado a Winston Churchill levantar la bandera blanca en medio de la destrucción de las ciudades inglesas y la inminente invasión de Hitler a la isla.
No nos engañemos, Putin no se detendrá en Ucrania, así el mundo deshonre a sus héroes caídos y se la entregue en medio de banderas blancas; él irá por el resto.
La paz es un bien inapreciable, solo superado por la libertad. Si no se está dispuesto a pelear por la última, se perderán ambas. Es a Rusia a quien el papa debería pedirle izar la bandera blanca y parar la agresión.
