El poder en la gente

Servir al contribuyente no es solo hacer que pague menos impuestos, sino también que los impuestos que paga tengan la mejor calidad de uso social’.
De las implementaciones que mejor recuerdan los afiliados del IESS en el gobierno de Rafael Correa, fue la posibilidad de poder recibir atención médica con prestadores privados. No dudo que haya habido abusos de algún establecimiento privado, pero aun con ello estoy seguro de que los costos para el IESS fueron y siguen siendo mucho menores que haber provisto el servicio con sus hospitales, así como para el paciente fue mucho mejor, pues de lo contrario no habría acudido a recibir el servicio.
Hace unos años, una entidad multilateral propuso la posibilidad de que su asistencia económica para educación involucre la decisión de las familias y no solo la del gobierno. Los prestadores de educación (escuelas y colegios) se inscribirían como prestadores de servicios educativos, el Estado los evaluaría y certificaría, y las entidades competirían para atraer a los niños y jóvenes en función de la calidad de la educación que prestan. En ese punto el Estado pagaría directamente por esa educación, y con ello se trasladaría el poder del Estado a los padres de familia, especialmente de menores recursos, quienes escogerían libremente el mejor colegio para sus hijos. Indudablemente la autoridad debe verificar que la educación se preste adecuadamente. En lugar de que sea el Estado quien construya infraestructura con sobreprecios, que tenga que mantener con sobreprecios esa infraestructura, que use el poder para escoger profesores afectos a su ideología o castigar a irredentos que no la comparten, es la ciudadanía quien decide a quién escoger.
Seguramente saldrán voces de histeria a decir que se desea privatizar la educación pública, pero está claro que no es así: lo que simplemente se propone es que las familias que menos recursos tienen puedan recibir la mejor educación posible, y que ellas decidan dónde educar a sus hijos. Si sirvió y sirve para salud, ¿por qué no puede servir también para educación?
Por cierto, para salud no es que lo propuso e instrumentó un gobierno de derecha, nos guste o no ese gobierno. A la gente no le importa de quién vengan las ideas, con tal de que sirvan.