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Paúl Palacios: ¿Morir por la patria?

Avatar del Paúl Palacios

En un país tan diverso, creo que los ecuatorianos no tenemos claro cuáles son los valores ciudadanos que nos fortalecen

Hace pocos días teníamos una interesante conversación entre amigos respecto de la predisposición a realizar sacrificios por la patria. Todos los que conversábamos tenemos una formación cristiana, la mayoría católicos. Basados en esa ética judeocristiana, no había discusión respecto de su voluntad por hacer algo en favor de la comunidad, pero cuando llegó el punto de ¿cuánto más hacer por la patria?, como por ejemplo morir por ella, la conversación se estancó.

El punto es que aquel romántico sentir de entregarlo todo por la nación se había transformado en un pragmático ‘por mi familia sí, pero no por la patria’. Había el natural argumento de ‘no voy a morir peleando por quienes no quieren vivir para sí mismos’. Esto en alusión a aquella mayoría que votó a favor del cierre de los pozos petroleros del ITT, o de quienes en las barriadas defienden a los delincuentes cuando los persigue la Policía o le cantan a coro a los delincuentes muertos.

Si algo nos está afectando a los ecuatorianos es la poca identidad colectiva; los pocos elementos sobre los cuales hay un razonable consenso, o simplemente algo que nos identifique con firmeza. Ni siquiera estamos de acuerdo en si el ceviche lleva canguil.

Nuestras clases sociales son más identificadas con sus similares de Perú, Colombia o Chile de forma horizontal, que en el mismo país de forma vertical; es decir, hay más similitud entre un ecuatoriano y un peruano de clase media alta, que entre ellos y alguien de la ruralidad pobre de sus países.

Entonces, qué es la patria, qué es la nación. ¿Son las crisis circunstancias para unirnos o ambientes para profundizar nuestras diferencias? Cada uno de nosotros debe reflexionar sobre el grado de compromiso comunitario que pide de los demás, porque debe existir consistencia con lo que uno mismo da.

Hoy no creo que debemos pedirle a nadie que muera por la patria, pero sí que viva por ella. Vivir por ella para mí, es tener ciertos valores firmes de ciudadanía responsable, y recordar que la oscuridad de las crisis hace brillar a las estrellas, no importa qué tan pequeño sea el cielo en que vivas.