Paúl Palacios: Las nuevas crisis
Las crisis que enfrenta la humanidad requieren una respuesta universal
Se dice que Latinoamérica, y en especial Ecuador, son lugares donde si te vas de viaje y regresas en un mes, todo ha cambiado, pero si te vas y regresas en 15 años, nada ha cambiado.
La creencia de que siempre hemos vivido en crisis provoca la respuesta de que todo se reduce a seguir gestionando los temas de siempre. Parece que esta realidad no es la misma de toda la vida, y han cambiado sustancialmente las razones para pensar diferente. Hoy no solo la región, sino el mundo, enfrentan situaciones de crisis inéditas, y en la medida en que crece la capacidad de poder del individuo, los impactos de sus acciones tendrán una mayor repercusión en la formación de nuevas crisis, algunas de ellas muy coyunturales, y otras que generarán problemas más estructurales. Cada uno de los eventos bruscos tiene relación antrópica, es decir, relacionados con acciones humanas.
Han pasado tan solo cuatro años y algo de la pandemia generada por el covid, por solo citar un ejemplo, y parecería que el mundo ha relajado sus defensas frente a otras situaciones que lucen más trascendentes, como por ejemplo la capacidad de grupos terroristas como Isis, Hezbolá o Hamás para hacerse de armas de destrucción masiva, sin llegar necesariamente a artefactos termonucleares. La fabricación de químicos es algo relativamente fácil, y la capacidad de seguimiento por una nación independiente como un celoso guardián del orden, ya no es posible.
La humanidad enfrenta el dilema -no falso- entre la libertad individual y el control sobre los individuos. El ser humano deberá decidir pronto entre la paz y la pérdida de ciertas libertades que creímos que eran esenciales para la vida cotidiana. El punto clave de esa nueva realidad, es a quién las personas le otorgan el poder para ejercer un mayor control de la vida cotidiana. Quiénes son esos individuos gestores del andamio sobre el que se erige al Gran Hermano que nos observa para ‘cuidarnos’, o si el cuidarnos es de por sí la mayor amenaza para la vida y la paz del común de los mortales.
¿Para qué reglas de juego del mundo debemos preparar a nuestros jóvenes y niños?