Paul E. Palacios | ¿Es la idiosincrasia?
Atribuirle nuestro subdesarrollo económico a nuestra idiosincrasia es una explicación simplista...
Hace pocas semanas les comenté aquí que expondría algunas ideas sobre la prosperidad de los países, centrándonos en aquellas razones que nos han impedido alcanzarla, y qué han hecho otros países para lograr un mayor desarrollo.
Tomamos como un axioma, es decir una verdad que no requiere demostración, que nuestra idiosincrasia es una traba que nos impide superarnos. Es más, con alguna soltura mucha gente atribuye la prosperidad de cierto núcleo social a una idiosincrasia marcadamente diferente.
Lo primero que yo les diría a esas personas es que empiecen revisando la permeabilidad de capacidad económica entre grupos sociales y étnicos en los últimos 50 años, y se encontrarán sorpresas. Pero volvamos al enfoque de país. ¿Somos culturalmente pobres y eso es definitivo? No existe un solo estudio sociológico sobre Ecuador que valide una hipótesis de una ‘actitud proclive a la pobreza’. Más aún, si tomamos una muestra representativa de migrantes ecuatorianos en países desarrollados, encontramos que la generalidad de esas personas es exitosa en esas naciones.
Definiremos éxito económico como la capacidad para mejorar sustancialmente su nivel de vida, generar ahorro, adquirir una vivienda, educar a sus descendientes y transferir remesas. Más aún, la comunidad ecuatoriana tiene ingresos medios en los dos quintiles superiores respecto de las demás comunidades latinoamericanas migrantes. ¿Por qué ocurre esto? Está claro que no se trata de que cuando el migrante pone sus huellas en el lector de migración le transfieren un IQ superior; pero de manera sorprendente, aun sin alcanzar una educación comparable con el nativo de la jurisdicción, el ecuatoriano empieza a desenvolverse productivamente.
No es que perdió su idiosincrasia, ni sus rasgos culturales, ni dejó atrás la pereza; no se trata de eso. Parecería que el ecuatoriano común se desempeña mejor en un ambiente institucional diferente. ¿Es que habitamos el lugar equivocado? Entonces de qué se trata: ¿es un tema de geografía, de ignorancia, de liderazgo o religión? Vamos a hablar de eso y escuchar a ciertos expertos.