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Paúl E. Palacios | Mottainai

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Los japoneses inventaron hace siglos una palabra que denota el fuerte desagrado por lo indolentemente desperdiciado

Los japoneses tienen términos tan fantásticos. Algunos por sí solos representan ideas y conceptos mucho más amplios que una simple palabra. Uno de estos términos es ‘mottainai’. A pesar de ser una palabra muy antigua, hoy tiene un amplio uso en la cotidianidad, no solo japonesa. Originalmente compuesta por las palabras ‘mottai’ y ‘nai’, la una denotando el valor de algo y la otra carencia. La unión de ambas palabras en una, expresa desperdicio, mal uso, pérdida, siempre refiriéndose a un recurso, un legado o también tiempo.

La laureada Premio Nobel de la Paz, la ecologista keniana Wangari Maathai, ha promovido el uso de la palabra para llamar la atención sobre la destrucción de la naturaleza como consecuencia del mal uso de sus recursos, estimulando a usarla para provocar el ‘reduce, reutiliza, recicla’, en los hábitos cotidianos.

Los japoneses, en sus expresiones fuertes, terminantes, utilizan ‘¡mottainai!’ como una interjección, haciendo referencia a la molestia que todos debemos sentir cuando se nos entrega un legado y no lo aprovechamos. Mi reflexión en esta columna tiene que ver con precisamente eso, el legado que recibimos y que debemos cuidar, sin que en esto los extremos sean malos.

 En nuestro país, cerca del 15 % de los alimentos que producimos no llegan jamás a las mesas, pues se pierden por falta de caminos, en las carencias de cadenas de frío, o simplemente porque no existió un pequeño capital para transportarlos. Pero más aún, cerca del 12% de los alimentos que sí fueron puestos a disposición de las personas, no fueron comidos, se dejaron en el plato o se pudrieron en alguna bodega.

Tristemente un porcentaje aproximado de niños sufren desnutrición crónica, y en ciertas provincias hasta el 50 %. Cuánta agua de ríos no podemos aprovechar por proyectos hidroeléctricos mal construidos, o cuánto de gas natural se desperdicia en el ambiente por los mecheros de los pozos petroleros; o algo más grave aún, cuántos jóvenes talentosos y preparados no encuentran trabajo y nuestra sociedad los desperdicia. ¿Qué estás haciendo tú por el ‘mottainai’ que puedes cambiar?