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Paúl E. Palacios | El recurso de los derrotados

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La extrema izquierda y los caciques autoritarios promueven la desintegración social

La civilización, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX, experimentó la comparación de dos sistemas políticos y económicos, el comunismo y el capitalismo, evidenciando que, aunque imperfecto, el capitalismo puede resolver mejor las necesidades individuales y sociales de la población.

Son pocos países, pese a toda la evidencia científica, los que aún se encuentran subyugados por regímenes de izquierda extrema. Sin embargo, era de esperarse que los propulsores del modelo socialista colectivista no se queden a contemplar a su ideología despreciada y olvidada por la historia. Como diría Thomas Sowell: “sus teorías no encajan con el mundo real, y entonces concluyen que el mundo real es el equivocado, no ellos”. Como no son capaces de convencer a los ciudadanos de que ser colectivista es mejor, exploran las necesidades y expectativas de grupos que tradicionalmente no han tenido visibilidad, los penetran y se apropian de ellos para movilizarlos contra el ‘establishment’.

Grupos como las minorías sexuales, migrantes indocumentados, minorías religiosas, movimientos ambientalistas, grupos étnicos minoritarios (en nuestro caso el movimiento indígena), animalistas, sectores en extrema pobreza, etc. Todos esos grupos, a la vista del resto de la sociedad tienen causas visiblemente justas que deben ser asistidas. Sin embargo, todas esas causas juntas no son suficiente argumento para el cambio de un modelo democrático liberal, sino para la asistencia de la sociedad, que permita su atención e integración real.

Pero eso no es lo que buscan los socialistas; precisamente buscan lo contrario, pues si se integraran a la sociedad esos grupos minoritarios, perderían su masa de choque visible contra los gobiernos democráticamente elegidos. Basta simplemente observar las banderas y emblemas que se enarbolaban en las manifestaciones de Chile en 2019, Ecuador 2019 y 2021, Colombia 2021, Francia 2023, y en general en todos lados donde se busca romper a los gobiernos.

El recurso de los derrotados es la desinformación y no inclusión; ambas cosas las promueven, las usan y los benefician.