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Paúl E. Palacios | ¿Son las instituciones?

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Para romper del fracaso de los países es vital entender el origen de sus instituciones, para analizar cómo sustituirlas

Para efectos de esta saga de columnas debemos iniciar el corolario con el entendimiento de la influencia de las instituciones en el destino de las naciones.

Tomaremos la cuarta acepción del Diccionario de la Lengua Española, que define “institución” como las organizaciones fundamentales de un Estado, nación o sociedad. Dicho de manera más concreta, cómo las sociedades o los líderes de esas sociedades se organizan o las organizan, distribuyen el poder y consecuentemente a partir de ello, distribuyen la riqueza que se crea.

Usualmente se clasifican en dos tipos: inclusivas y extractivas.

Las inclusivas buscan la integración de la mayor cantidad de personas en los procesos de decisión político y económico, y por tanto hacen beneficiarios de los resultados de esas decisiones a sus decisores.

Las extractivas no tienen que ver necesariamente con recursos naturales por si acaso, sino con la extracción de valor de un grupo determinado de la sociedad, en favor de otro grupo de la sociedad.

Para citar un ejemplo, sin querer remover leyendas negras de moda, en la organización económica colonial de lo que hoy es nuestro país, existían la mita, el obraje y el concertaje. Ninguna de estas instituciones implicaba el poder de decisión de quienes se extraía el plusvalor que agregaban a la economía de entonces, para someterse a ese proceso o integrarse voluntariamente. De otra parte, la encomienda, que también era una institución colonial, era quien recibía la mayor parte del plusvalor generado. Esas instituciones son claros ejemplos de instituciones políticas extractivas con consecuencias económicas nocivas. Este tipo de instituciones logran perdurar en el tiempo porque están integradas, se entrelazan y se sostienen mutuamente.

Es exactamente igual, para que el lector lo escenifique, a cierto sector (no pequeño) de la burocracia enquistada: no importa quién políticamente gobierne, el cáncer instaurado por debajo de las subsecretarías de los ministerios es quien maneja los hilos del poder y los negocios turbios.

Por ahora me han derrotado los 2.100 caracteres, pero continuaremos.