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Paúl Palacios: Propiedad intelectual

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El respeto de la propiedad intelectual es uno de los sustentos más fuertes de la prosperidad de una nación

Imaginemos que una empresa farmacéutica logra el descubrimiento de una medicina que cura el cáncer. Imaginemos también que esa empresa la coloca a un precio de venta que le asegure presupuestos para investigación y generar ganancias, pero que ese precio no puede ser pagado por todos los que la necesitan, y por tanto muchas personas, quizá miles, no ven la posibilidad de sobrevivir. ¿Debe ser expropiada la patente por el Estado y permitir la producción masiva de la medicina para entregarla a todos quienes la necesiten? La respuesta parecería sencilla: ¡desde luego! Pues no, no es tan fácil.

Sin duda hay casos donde el creador de conocimiento lo ha donado para la humanidad, pero en general el mundo, y particularmente los países de mayor desarrollo relativo, tienen especial énfasis en la protección de la propiedad intelectual.

¿Qué inventaron los países de la órbita comunista? Nada exitoso, salvo el AK-47. De hecho, China era una nación que se dedicó a copiar todo lo que tenía Occidente de valor, hasta el momento en que introdujo normas de protección a la propiedad intelectual; hoy copian, pero no tanto.

Si el Estado decidiere conculcar el derecho de propiedad, poniendo por encima del derecho privado lo que en su interpretación es el bien común, terminará asegurándose de que no existan los estímulos para resolver los problemas médicos futuros, por ejemplo, porque nadie quisiera en su sano juicio destinar las ingentes cantidades de dinero que representan los desafíos de la investigación en la búsqueda de productos que solucionen problemas, si no tiene la posibilidad de recuperar y ganar dinero en ello.

¿Entonces debe ser la salud un negocio? Aunque nos parezca poco ético y contraintuitivo, sí, porque eso nos asegura que exista una solución cuando la necesitemos; exactamente por esa razón salimos rápido de la pandemia pasada.

¿Y la solución para quienes no pueden comprar la medicina? El Estado debe lograr un acuerdo ‘razonable’ con la farmacéutica si es que se evidencia una crisis, y debe estimular la competencia. El mundo no es perfecto, pero sería peor sin patentes.