Paúl Palacios: ¿Qué significa ganar la guerra?

Clausewitz dijo que la guerra es un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad.
Luego de la declaratoria de conflicto armado interno, las fuerzas del orden se han empleado con profundidad.
La inercia delictiva que tenía en zozobra a la ciudadanía ha disminuido, se liberó a los secuestrados por los privados de libertad, y de alguna manera la ciudadanía ha recuperado un sentimiento de confianza en sus FF. AA. Pero transcurridas dos semanas tenemos que hacer algunas reflexiones de cara al futuro.
Carl von Clausewitz, el general prusiano más influyente en la ciencia militar moderna, sentenció que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Al final del día, en una democracia, es al poder político a quien le corresponderá determinar los objetivos generales de esta guerra que llevamos adelante los ecuatorianos, los medios para permitir que las fuerzas del orden ejecuten esos objetivos y los demás elementos que permitirán consolidar la victoria.
Pero reflexionar un poco: a pesar de ser una guerra asimétrica con un enemigo sin uniforme, se deben tener objetivos claros: ¿qué se considera una victoria frente al enemigo? ¿Acaso se mide en muertos, en detenidos, en bandas desarticuladas? ¿Se está trabajando para contar con un Poder Judicial probo para la siguiente fase de la guerra que es el impedir la impunidad? ¿Se están creando mecanismos sociales para que los derrotados se integren, y en especial quienes son potenciales futuros integradores de esas actividades no plieguen? ¿Se tiene un plan creíble para las cárceles, o es solo de construir otras? ¿Cómo se tratará a los traidores cómplices de los GDO en las esferas del Estado o infiltrados en las fuerzas del orden? ¿Se está educando a la población para que sepa su responsabilidad individual y colectiva en este conflicto y en la posguerra?
Si no evaluamos qué nos ha traído hasta donde estamos, no podremos corregir el rumbo, y tendremos que recurrir una y otra vez a unas fuerzas del orden cada vez más desgastadas.
Ganar una guerra es mucho más que dar de baja a algunos del otro lado; es consolidar la victoria y sentar las bases para que el enemigo no vuelva a atreverse a desafiarnos.