Cincuenta años

El precio de la libertad es vivir las consecuencias de expresar las verdades que los autoritarios odian leer y escuchar
Diario EXPRESO cumplió 50 años de vida el pasado 25 de julio de 2023, no pudiendo asistir aquel día don Galo Martínez Merchán a la celebración de la obra a la cual dio vida.
Durante ese lapso no han sido pocas las adversidades que ha debido superar el medio de comunicación. Sus periodistas y columnistas han recibido amenazas, y en más de alguna oportunidad han debido sortear peligros por dejar en evidencia información comprometedora para los gobernantes de turno, y en otras oportunidades por plasmar en sus páginas opiniones sobre ellos.
El rotativo recibió presiones, agravios, persecuciones y otras formas de persuasión para desviar el cumplimiento de los principios que deben regir a la prensa, que no es otra cosa que permitir que la comunidad vea aquellas cosas que no están de manifiesto.
EXPRESO, como parte de los pesos y contrapesos que debe tener una democracia, tratará siempre de ser silenciado por quienes buscan el poder hegemónico, y antes, como hoy y mañana, si desea sobrevivir, deberá ser firme en las convicciones y valores que lo han colocado en el sitial ganado.
Hoy la prensa libre enfrenta nuevos peligros, mucho más letales, mucho menos compasivos con quienes defienden la libertad. Peligros agazapados en el contubernio de la delincuencia organizada y la política autoritaria; es a eso a lo que se deberá enfrentar, a eso que disfruta de la penumbra y que la prensa quiere evidenciar.
Ciertamente la actividad periodística y los medios de comunicación están sufriendo una transformación vertiginosa, volviendo obsoletas las formas de comunicación y la rapidez de llegar hasta la comunidad, sin embargo, jamás quedará atrás la esencia misma de su razón de ser: comunicar la verdad, hacerlo objetivamente y alejarse de cualquier forma de poder que le impida lograrlo.
Salud por los cincuenta años de vida de EXPRESO. Jamás dejen de hacer su trabajo, jamás dejen de encender la luz, porque como decía Ryszard Kapuściński: “el trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”.