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Paúl E. Palacios | Las habilidades

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Gran parte de las habilidades para encarar los nuevos desafíos laborales se aprenden en casa, y muchos no estamos conscientes de eso

A veces nos preguntamos cómo podemos influir en nuestros hijos o colaboradores para ayudarlos a aprovechar con mejores probabilidades de éxito las oportunidades que muestra el mercado laboral, así como los desafíos de un entorno que valora hoy habilidades diferentes a las que se nos exigían años atrás. De igual manera en un proceso de aprendizaje permanente, en qué nos debemos enfocar nosotros mismos en cada una de las etapas de vida profesional en la que nos encontremos.

Posiblemente la primera virtud que debemos estimular es a aprender permanentemente. Muchos creen que luego de sus estudios de tercer o cuarto nivel su etapa de aprendizaje ‘cosístico’ (informativo) o conceptual (herramientas de aprendizaje) terminó, lo cual es una equivocación. Los conocimientos de un título académico de tercer nivel quedan obsoletos en un 50 % en los siete años subsiguientes a obtenerlo, y así sucesivamente, hasta apenas ser útiles en un 20 %, transcurridos 15 años; naturalmente dependiendo de la profesión.

En neurociencias, por ejemplo, los grandes conocimientos y descubrimientos se han realizado en los últimos 20 años; imaginen la siquiatría hace 80 años. En efecto, hoy tienen mucha mayor ventaja inicial para lograr un trabajo quienes posean conocimientos y herramientas de aprendizaje en habilidades duras. Estas habilidades generalmente se identifican con el saber qué hacer y cómo hacerlo en un trabajo puntual: conocimientos técnicos sobre la función, los cuales se van quedando obsoletos en la medida en que se asumen otras funciones y deben actualizarse. Sin embargo, en la medida en que las personas vamos asumiendo más responsabilidades nos vamos topando con más gente con quien coordinar o liderar, más actores diversos; entonces son las habilidades blandas las que empiezan a jugar un papel preponderante.

La capacidad para interactuar con personas, la empatía, la inteligencia emocional, serán las de mayor utilidad. En gran medida esas habilidades se aprenden desde el hogar.

¿Quieren hijos exitosos? Denles amor en casa, enséñenles a respetar, a desarrollar templanza, pero también compasión.