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Con violín

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El nuevo alcalde tendrá que lidiar entre complacer a quienes quieran que se borre el pasado, y utilizar lo mejor de la institucionalidad de la ciudad

La campaña finalizó, y en buena lid el señor Aquiles Álvarez resultó electo alcalde de Guayaquil. Le corresponderá asumir las riendas de la ciudad más populosa del país, donde su población tiene enormes problemas, pero también donde existe cierto grado de institucionalidad que la ha protegido durante algunos años, en especial durante los últimos, frente a una administración marcadamente diferente a las que ejercieron León Febres-Cordero y Jaime Nebot.

Guayaquil, sin dejar de considerar problemas complejos que no ha solucionado, basó su cambio radical del lupanar que era antes de la administración de Febres-Cordero en la estructura de ciertas instituciones.

La recolección de basura, la provisión de agua potable, la creación y dispersión de mercados municipales, la logística de alimentos perecederos a través del terminal de transferencia de víveres, el terminal terrestre, el aeropuerto, el cuidado de áreas regeneradas, el avance en la frontera de provisión de servicios básicos y pavimentación, son algunas de las cosas que se estructuraron, y que una administración, llamemos diferente, no pudo perfeccionar.

La ciudad tiene problemas serios de solución de servicios básicos en áreas marginales (no todas son competencia de la municipalidad), de movilidad, contaminación, inundaciones, etc., pero sus habitantes tienen otros problemas que, como seguridad física, empleo formal, microtráfico de drogas, penitenciarios, etc., no son competencia directa del alcalde.

Le tocará entonces al alcalde montarse en un potro complicado: ¿cómo manejará el comercio informal? ¿Tomará ahora los recursos guardados para la construcción del nuevo aeropuerto en Daular? ¿Desarmará el modelo de concesiones y delegaciones para convertir a Guayaquil en algo parecido a lo que pasa en Quito? ¿Se dejará imponer personas en su equipo de trabajo? ¿Contará con personas de experiencia que hoy prestan servicio? ¿Trabajará con el Gobierno central en temas que afectan al ciudadano común pero no son su competencia?

La mejor de las suertes y serenidad en su gestión; a un lado la guitarra, ahora a tocar con violín.