Rafael Oyarte | El celular y el voto secreto

Pero son los políticos ecuatorianos los primeros en fomentar el mal ejemplo: votan y muestran la papeleta
Pese a que la ley no lo prohíbe, el CNE dice que impedirá el uso del celular al momento de votar con el fin de evitar que se fotografíe la papeleta, sosteniéndose que, con aquello, se asegura el secreto del sufragio. Algunos se oponen a la medida indicando que el voto secreto es un derecho y, por tanto, el elector sí puede hacer pública su preferencia. El secreto de sufragio tiene por fin evitar presiones ilegítimas de las que podía ser objeto el elector a la hora de votar, afectando la debida libertad con la que se debe ejercer este derecho, además de otras cuestiones irregulares, como la venta del voto. Ello no implica que quien lo ejerce no pueda anticipar por quien va a votar o señalar por quien lo ha hecho (por eso es posible la encuesta y el exit poll), sino que no puede ser obligado a ello.
Para evitar actos deshonestos, manipulaciones o presiones ilegítimas, los organismos electorales deben garantizar al elector que terceros no le puedan observar al momento de votar y que la papeleta electoral sea elaborada de modo tal que impida visualizar la preferencia señalada por el ciudadano, lo que se regula en la Ley Electoral, siendo deber de las juntas receptoras asegurar la reserva del acto de votación, lo que parece un chiste cuando el mal llamado ‘biombo’ no tapa nada y permite ver los movimientos del elector. Esa ley tampoco es clara a la hora de determinar si el hecho de que el elector se identifique en la papeleta, firmándola o escribiendo su nombre, anula el voto, lo que afecta la pureza debida del acto eleccionario. El secreto evita hechos irregulares como la compra del voto, esto es, que el elector reciba algo a cambio de su voto o que se dé o prometa algo a cambio del voto de otro, hechos que antes estaban tipificados como infracción penal.
Pero son los políticos ecuatorianos los primeros en fomentar el mal ejemplo: votan y muestran la papeleta, lo que es sancionado en otros países. Incluso el presidente Noboa, como gran cosa, cuestionó a la vicepresidente Abad por no hacerlo, dando a entender que había votado por la oposición. En otras naciones el elector vota en una verdadera cámara secreta y no puede mostrar el voto, eliminando la posibilidad de que lo muestre para demostrar por quién votó a cambio de un pago o de presiones. Lo del celular, entonces, es una anécdota si no se asegura, realmente, el secreto de sufragio.