Rafael Oyarte: Memoria histórica
Razones hay para esa penosa realidad
Esteban Ávila, periodista deportivo quiteño con una envidiable cultura general, subía en su cuenta X el anuncio de la muerte de Roldós en medio del partido que, ese infausto día, disputaban las selecciones de Ecuador y Chile en las eliminatorias para España 82. El video corresponde a la transmisión chilena. Lo mismo ocurre con el documental La muerte de Roldós, de Manolo Sarmiento. ¿Dónde estará el video de la transmisión ecuatoriana, si es que está?
Es increíble la desidia con la que la televisión ecuatoriana trata los hechos históricos, haciendo que la memoria colectiva sea inexistente. Si usted quiere ver documentales o videos de las transmisiones hechas a sucesos como el golpe del 76 en Argentina, la Guerra de Malvinas, la renuncia de Alfonsín, la crisis de 2000, etc., puede ver decenas de videos en YouTube. Lo mismo desde Chile y el pronunciamiento militar del 73, las casi guerras con Perú el 75 o con Argentina el 78, así como sobre el retorno a la democracia y mil temas más. Lo mismo si usted quiere ver sucesos de México, Venezuela, Colombia, Perú, etc.
¿Ecuador? Nuestros canales de TV no se molestan en hacer documentales o informes sobre la Guerra de Paquisha o del Cenepa, ni sobre las caídas de Bucaram, Mahuad y Gutiérrez. Peor aún sobre la Guerra de la Funeraria o sucesos previos. Encontrar la última entrevista a Velasco Ibarra, salvo poquísimos y breves fragmentos, es cosa imposible. Salvo algunos loables intentos, como el de Robinson Robles o de la Casa de la Cultura, de nuestros medios de comunicación es poco y nada. Lo mismo pasa con nuestros periódicos. Aunque varios sacaron publicaciones con las portadas más importantes, sus hemerotecas no están en Internet, aunque, justo es decirlo, esto es cosa marginal en el mundo.
Luego nos quejamos de que la juventud ignora la historia de nuestro país y del porqué el electorado es inculto. ¿Cómo se quiere que la gente lea si no se le llama a la curiosidad siquiera? Por eso los días patrios han pasado a ser feriados móviles, pues el 24 de Mayo o el 10 de Agosto son fechas cada vez más intrascendentes para el público.
Pregunte a alguno de sus niños qué fue la Guerra de los Cuatro Días o la de Paquisha. Seguramente no tienen pálida idea de lo que le pregunta. Pero si les inquiere sobre la Guerra de Vietnam o la Guerra Civil estadounidense, al menos les suena. Razones hay para esa penosa realidad.