Roberto Aguilar: La fiscal en día de Inocentes
¿Hay alguien en este país que pueda no apoyar a la fiscal Diana Salazar mientras hace lo posible para que la fiscal Diana Salazar fracase?
A la fiscal general del Estado, cómo no, la apoya todo el mundo. Con excepción del correísmo, claro, que está definitivamente jugado por los intereses del narco, no hay partido, movimiento o figura política en este país que no se llene la boca con alabanzas al nombre de Diana Salazar, ni aplauda con entusiasmo sus acciones (“su accionar”, dicen ellos, probablemente porque la consideran palanca) hasta que les sangran las manos. Focas de circo. ¿Cómo podrían no hacerlo?
En la cochambrosa ciénaga donde chapotean y medran, esperando su oportunidad, todos los políticos venales, todos los arribistas, todos los pusilánimes y todos los desvergonzados que en el mundo han sido, ¿acaso puede haber alguien dispuesto a dejar que la camioneta del Caso Metástasis pase de largo sin treparse en ella? No, por supuesto, semejante actitud sería un desperdicio. Y cualquier desperdicio, en el planeta de las plantas trepadoras, es un imposible. Por eso, todos apoyan a la fiscal general del Estado.
Incluso los que han hecho todo para llevarla a juicio político; los que han violado la ley para llevarla a juicio político; los que han dejado claro que están en contra del juicio político mientras votan a favor del juicio político y aprueban el juicio político aunque no cumpla con los requisitos mínimos exigibles a una propuesta de juicio político. Esos apoyan a la fiscal general del Estado, cómo no van a apoyarla. En medio del proceso judicial del siglo (el Caso Metástasis), se sentarán a contemplar su lapidación en la Asamblea mientras los delincuentes más peligrosos y sanguinarios del mundo, que la tienen amenazada de muerte, se regocijan. Y votarán, magnánimos, por su absolución, porque la apoyan. ¿Cómo no apoyarla?
Los que se han dado modos para recomponer, pegada con babas o como fuera, la inmunidad del exvicepresidente sentenciado y hoy prófugo Jorge Glas sin que parezca que lo están haciendo, ejecutando ridículos malabares para que la responsabilidad recaiga sobre otros mientras disfrazan la suya propia con retórica barata y retorcida... Esos apoyan a la fiscal en su encomiable tarea de someter a delincuentes como Jorge Glas, el que salió de la cárcel porque un capo del narcotráfico gastó 250 mil dólares en sobornos, y llevarlos a la cárcel. ¿Hay alguien que pueda no apoyar a Diana Salazar mientras hace lo imposible para que Diana Salazar fracase? No, desde luego. Todos apoyan a la fiscal general del Estado.
El gobierno por delante. Y los aliados del correísmo en la Asamblea. Todos. Juran que nadie se da cuenta. Los kronfles, los taianos, las valentinas centenos, el mismo Daniel Noboa (él, sobre todo él, con su inconsistencia intelectual y su completa orfandad de recursos expresivos), todos los que apoyan a la fiscal porque cómo no van a apoyarla tienen, sin embargo, un serio problema, del que no son conscientes en parte por un déficit de simple cultura general. Y ese problema es su absoluta falta de matices. Problema grave, para ellos, pues los pone en evidencia: sus impulsos, sus deseos, sus motivaciones y sus intenciones (especialmente sus intenciones) son, a su pesar, tan panfletariamente obvios que enrojecerían de la vergüenza si fueran capaces de darse cuenta.