Premium

Roberto Aguilar: Ahora Pabel logró burlar la ley

Avatar del Roberto Aguilar

Lo respetuoso con la ciudad, si tanto necesita el Municipio gastar en propaganda, sería aplazar ese gasto para después

Lo de Pabel Muñoz ya es mucha desvergüenza. No se le pudo ocurrir mejor momento para gastar 2,9 millones de dólares en propaganda municipal que ahora, en pleno período de elecciones. El alcalde correísta de Quito viene de pasar el trago amargo de su juicio en el Tribunal Contencioso Electoral, donde fue hallado culpable de hacer campaña indebida a favor de la candidata presidencial de su partido, aprovechándose de su condición de autoridad pública. Es decir que Pabel Muñoz grabó videos de propaganda en los que aparecía con Luisa González, ofreciendo obras para Quito que construirían juntos si ella ganaba la presidencia. En su defensa adujo, hay que tener jeta, que esos videos se hicieron fuera de horario de oficina. Demostración inequívoca de que lo suyo no es respetar la ley sino encontrar el subterfugio adecuado para burlarla. Esta vez lo logró: esos casi tres millones de plata pública que se dispone a gastar en propaganda son perfectamente legales. Que esa propaganda termine, en el contexto de la campaña electoral, favoreciendo a los candidatos de su partido, es otra cosa. Otra cosa que a Pabel Muñoz le tiene sin cuidado: a él no le importa si ese gasto es ético (y no lo es) siempre y cuando cumpla con el papeleo.

La delicadeza en el manejo de la plata pública es el mínimo gesto de respeto que cabe esperar de las autoridades. Respeto elemental que consiste en no tomar a los ciudadanos por idiotas. Cuando se escucha al alcalde Muñoz y a su secretario de Comunicación hablando sobre este repentino gasto de propaganda en época electoral, está claro que ambos funcionarios atribuyen a los quiteños un estado de pendejez congénita con el que cuentan a la hora de meter a la ciudad gato por liebre. Es mucha ingenuidad la que esperan de nosotros.

Pabel Muñoz quiere que le creamos, para empezar, que este gasto no tiene nada que ver con las elecciones. Qué va, es pura coincidencia. Lleva 15 meses en el cargo y repentinamente le entraron las urgencias. ¡Hay que “socializar”!, ha dicho de pronto, porque “es importante que los quiteños conozcan las obras que ejecuta su alcaldía”. Y uno se pregunta qué tanto tiene que “socializar el Municipio: ¿la basura que no gestiona?, ¿las frecuencias de transporte que no reorganiza?, ¿las veredas que no arregla? Lo delicado, en este caso, lo respetuoso para con la ciudad, si de verdad necesita el Municipio de Quito contratar nueva propaganda, es hacer ese gasto después de pasado el período electoral, con el fin de no dejar ninguna duda sobre la rectitud de las intenciones del alcalde. Claro que después de elecciones la propaganda ya no hará falta.

Lo segundo que Pabel Muñoz quiere que le creamos es que ese gasto de casi tres millones es necesario. 900 mil para contratar una agencia de publicidad que elabore piezas gráficas y otro tipo de contenidos que perfectamente podrían asumir los 35 funcionarios que trabajan, precisamente haciendo eso, en la Secretaría de Comunicación del Municipio. Y dos millones para pautar en distintos medios de comunicación (algunos correístas, se puede suponer, por aquello del reciclaje de los fondos públicos), a pesar de que el Municipio tiene los suyos propios. ¿De verdad 35 funcionarios pagados con plata pública y un puñado de medios de comunicación no son suficientes para cubrir las necesidades de comunicación de la Alcaldía? Más bien parece que lo que se viene es una campaña a todo trapo para apuntalar a los candidatos correístas en la capital con la plata de todos. Una campaña bien pensada por la que Pabel Muñoz, ahora sí, no será llevado a juicio.