Premium

La anti-Constitución

Avatar del Roberto López

"...es una imbecilidad sin nombre prohibir la restricción de derechos -encima- en materia de reforma constitucional"

De todas las mentiras del prófugo belga, quizás la mejor (pues casi todo el mundo la cree) es el supuesto “avance” que -en materia de derechos e instituciones democráticas- representa la Constitución del 2008. Falso.

En cuanto a los derechos de la mujer, la Constitución del 78 (o sea, hace 42 años) decía: “La mujer, cualquiera sea su estado civil, tiene iguales derechos y oportunidades que el hombre en todos los órdenes de la vida pública, privada y familiar, especialmente en lo civil, político, económico, social y cultural”. ¡Gracias totales!, decía Gustavo Cerati. ¿Existe alguna disposición de carácter general tan clara y taxativa como esta en la Constitución del 2008? Naranjas. Tonces… retroceso. Vamos ahora a la mentira de los “derechos”. La novelería: somos un Estado de “derechos”. Falso. No puede haber “derechos” si no hay “Estado de Derecho”, pues es la ciencia del Derecho la que estudia el contenido científico de los derechos. ¿O dónde estudiamos los derechos? ¿En un manual de medicina o en los libros de Alexi, Ferrajoli, Atienza y tantos otros? Retroceso.

El 2008 se insertaron -sin ningún sustento técnico- 4 candados que impiden la reforma constitucional. Con esto los ‘tragasánduches’ se bailaron la democracia. ¿O es democrático impedirle al pueblo reformar la Constitución? La Constitución del 98 no tiene candados. Solo un plazo de espera entre el primer y segundo debate. Así la sociedad puede debatir ampliamente la reforma. Retroceso. Entre los candados está la no restricción de derechos. Desde 1949 -hace más de 70 años en que se aprobó su Constitución- los alemanes saben que los derechos no son absolutos y que deben ser restringidos. ¿O… cómo encarcelas al miserable que violó y mató una niña si no es restringiendo su derecho a la libertad? Lo que no se puede restringir es el contenido esencial del derecho, como bien explica Alexi. Por eso es una imbecilidad sin nombre prohibir la restricción de derechos -encima- en materia de reforma constitucional. Retroceso.

Montecristi es la anti-Constitución. Lo seguiré demostrando las próximas semanas.