Roberto López: No pueden destituirlo sin juicio político
Si no, en el próximo período seguiremos en esta situación
La ambivalencia de la Constitución es una de las trampas más eficaces de que dispone la robolución para seguir destruyendo el país. El mejor ejemplo comenzó a gestarse ya: hay dos artículos de la Constitución para separar al presidente del cargo. Uno que permite hacerlo de forma muy rápida en solo 72 horas, es el art. 130 de la Constitución; y otro, el 129, que establece entre las causales de destitución del presidente “la desaparición forzada de personas”, mediante juicio político. Como para aplicarlo había que desaparecer a alguien, desaparecen cuatro chicos. Así crean el escenario propicio y acto seguido comienza la trama: aparece un guion en el que se conocen de forma anticipada hechos que se ejecutarán posteriormente. Pobre país.
Pero este es el momento para aprovechar y corregir esta nociva dualidad. La CC debe aclarar que solo es posible destituir al presidente sin evadir las garantías del debido proceso en un juicio político, pues “Las normas constitucionales se interpretarán por el tenor literal que más se ajuste a la Constitución en su integralidad” [art. 427]. Y no procede la destitución sin el enjuiciamiento político. De ahí que el art. 129 no pueda ser aplicado en forma aislada, sino de acuerdo con el 130, en un juicio político.
Lo contrario va contra la ‘integralidad’ de la Constitución que crea más de 20 garantías del debido proceso en el artículo 76, tutelando los derechos del presidente a su legítima defensa en un ‘impeachment’.
Bien haría ‘la mejor corte de la historia’ en alinearse por primera vez con los intereses del país, luego de suspender la vigencia de la ley antipillos, permitir el daño de más de $ 20 mil millones por la no explotación del Yasuní, y dar a los jueces ‘La Concordia’ el poder de conceder recursos de ‘habeas corpus’, gracias a lo cual Glas fue a refugiarse a la Embajada de México, creando así el conflicto internacional que todos conocemos.
Ojalá por primera vez interpretasen adecuadamente la Constitución, corrigiendo para siempre esta demencial idea de destituir un presidente sin juicio político. Si no, en el próximo período seguiremos en esta situación.