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Qué pena... Toca regresarla

Avatar del Roberto López

El subcontralor debe permanecer al frente de la institución hasta la designación del nuevo Contralor. No hay “soluciones políticas”, ni encargos, ni payasadas

Todo el país dando palos de ciego para resolver el enredo de la Contraloría. Casi a diario vemos a congresistas, autoridades y expertos explicando su propia “teoría” para resolver el problema. La ley no juega ningún papel en esta suerte de hemorragia creativa de variopintas opiniones, porque a nadie le importa un bledo. Pero el enredo no existe, ya que la Contraloría no está vacante. Para averiguarlo, solo hay que leer la ley. Vea que fácil es: abra Google, digite “Ley de la Contraloría Ecuador” y se le despliega. Si usa una Mac, digite Command-F y la palabra subcontralor. Le sale el artículo 33, que se intitula “Del Subcontralor General del Estado”. Ahí, al final, se encuentra usted con la frase: “Subrogará al Contralor General en caso de ausencia temporal o definitiva hasta la designación del nuevo titular”.

-Pero es que ya se fue. -Qué pena. Toca regresarla. Porque -sin duda- la última frase resuelve el inexistente enredo: el subcontralor no tiene la potestad de renunciar. Su cargo es creado por la ley con la finalidad de que la Contraloría no quede en acefalía en caso de ausencia de su titular. El subcontralor debe permanecer al frente de la institución hasta la designación del nuevo Contralor. No hay “soluciones políticas”, ni encargos, ni payasadas. ‘In claris, non fit interpretatio’. Por eso, ahí no está el problema, sino en la barbaridad de haber establecido un procedimiento administrativo como el concurso público, para designar las autoridades de gobierno. Es un error: la designación es de eminente naturaleza política al tratarse de un acto de gobierno.

El lío lo ocasiona entonces el dichoso concurso, pues demora siete meses. En cambio, cuando el presidente nomina y el congreso confirma la designación, demora algo más de 2 meses.

Sonia Sotomayor, jueza ecuatoriana de la Suprema Corte de los Estados Unidos, fue nominada el 26 de mayo de 2009 y su nominación fue confirmada por el Congreso el 6 de agosto. El problema lo causamos nosotros mismos al destruir la forma de designación que siempre funcionó en EE. UU. desde 1787 y aquí desde 1835.

Es que somos… tan creativos.