El camino al infierno

Porque de buenas intenciones …está empedrado el camino al infierno.
Imagine que usted es el presidente de un país que fue entregado a los carteles de la droga y al crimen transnacional organizado, situación que debe corregir puesto que fue elegido para resolver los problemas de esa nación.
Entonces decide pedir ayuda a los Estados Unidos y obtiene la donación de más de tres mil millones de dólares, acompañados de un apoyo en inteligencia. Hace lo mismo con Israel, entregando a la Policía 14 millones de dólares para municiones y asignando 175 millones más para reforzar la seguridad. Decretando múltiples estados de excepción y armando gran cantidad de operativos para detener a los delincuentes.
Y ahí es cuando aparece el detalle que echa a rodar por el suelo esta aparatosa parafernalia: al instante de ser apresados los delincuentes son puestos en libertad por otros bribones con título de jueces que no actúan en el beneficio ciudadano, sino de las bandas de sicarios y asesinos.
Ese es el momento en que usted debió reflexionar… bueno, parece que mi problema no era meterlos presos, sino que no los suelten para que sigan delinquiendo… ¿no? Y a renglón seguido preguntarse: ¿por qué carajos es que los jueces pueden poner en libertad a los tunantes? Y cómo usted no sabe el ‘porqué’, preguntar a uno de los brillantes juristas de la Presidencia. Pudiera ser que alguno hubiera detectado ya la razón que permite liberar a los truhanes, pues se encuentra escrita en la Constitución: “La jueza o juez aplicará las medidas cautelares alternativas a la privación de libertad”.
La Constitución es lo que posibilita a los tunantes de toga abrir las puertas de las prisiones. Y en ese instante procede la reflexión de fondo: debo cambiar semejante barbaridad. ¿Cómo? Y la solución, para ayer, es poniendo en vigencia la Constitución anterior, que no permite a los presos salir del lugar donde deben estar: la cárcel.
Porque activar la cooperación internacional y gastar una millonada en armamento y balas no resuelve el problema de fondo: la impune libertad de narcos y asesinos. Por eso. Y porque nos están matando.
Porque de buenas intenciones …está empedrado el camino al infierno.