El tiempo me dio la razón

Pese a estar frente a nuestras narices, no vemos que -además del brutal saqueo y el irresponsable endeudamiento- el mayor “legado” de la robolución fue la destrucción de las instituciones y de nuestra escala de valores. Para tal fin, a más de desbaratarlo todo, era necesario destruir lo tradicional. Arrasar con el desprestigiado Congreso y ponerle Asamblea (aunque solita se las arregle ahora para irse por el despeñadero). A la Corte Suprema, llamarla Nacional. Al Ministerio de Bienestar Social, llamarlo de “inclusión”. Aquí hagamos un alto y preguntémonos: ¿qué es lo que proporciona dicho ministerio? La respuesta es “bienestar”. Que todos sean “incluidos”, es una consecuencia de ello. La estupidez es visible entonces. Pero no importa. Había que invisibilizar todo lo anterior.
Por supuesto, el lenguaje es fundamental en un proceso así. “Sustancias sujetas a fiscalización” para confundirnos y que no dijéramos la palabra “droga”. “Personas privadas de libertad” para que cuando llegara el momento en que ellos aumentaran la población carcelaria, no se los llamara presos, convictos, reclusos o reos. “Socialización” (conversión al socialismo), al proceso de difusión y análisis de la ley. Había que cambiarlo todo, para que el mundo se originase en ellos.
Por eso el Foro de Sao Paulo impulsa una “agenda progresista que debe promover el aborto libre y el consumo de droga como parte del desarrollo de la personalidad” e “impulsa la teoría de la relatividad de los valores”. Tienen que destruir también nuestra escala tradicional de creencias.
Así impera la confusión social y la colectividad no sabe en qué creer. No diferenciar el bien del mal crea una sociedad en extremo manipulable. Y eso es lo que necesitan para destruir los fundamentos de la democracia. Por ello después de la pandemia viene “el plan estratégico de desestabilización”. Aprovechar la debilidad económica de los Estados. “Organizar a la gente contra el sistema imperante”. Por eso advertí que era indispensable deshacerse de ellos. Porque iban a trabar la acción de gobierno.
El tiempo me dio la razón.