La mentira de Estado

“La mentira, la manipulación y el engaño al pueblo del Ecuador por parte del poder público y sus autoridades serán severamente sancionados por la ley”.
Cuando a Fidel le preguntaron acerca de sus futuras aspiraciones, no respondió que le interesaba la justicia social, el bienestar del pueblo o el acceso de la izquierda al poder. “Quiero lograr gloria y fama” dijo. Y claro, convenientemente omitió mencionar la fabulosa fortuna que acompaña al poder. Como acompañó a los Kirchner, Correa, Putin y todos los demás.
Y para tal fin, ‘la izquierda’, con la cual Castro se encontró por pura suerte después de su revolución, era el vehículo perfecto. Con el tiempo, la ‘revolución socialista’ perfeccionó sus mecanismos de acceso al poder. ¿Para qué meterte a la selva a pelear si mintiendo puedes llegar por la vía electoral? Lo único que se necesita es ganar. Y una vez ahí, permanecer… para siempre.
Para eso, aquí había que institucionalizar la mentira de Estado. Y por eso nos robaron hasta la verdad, corrompiendo la justicia, las Fuerzas Armadas, el sistema electoral y el Derecho y sus instituciones. El uso de la obra pública para enriquecerse es un buen ejemplo. ¿O acaso construir una megacentral eléctrica inservible de 1500 mv (en el lecho de un río capaz de generar solo 700) para robarse el sobreprecio no es una monumental mentira de Estado? ¿Dejarnos a oscuras otra vez no lo es? ¿O hacer un puente hacia la nada para que tus amigos narcos ingresen precursores químicos al país, tampoco?
La robolución dizque iba a cambiar la educación, pero esa es, quizás, la mayor mentira de todas. Ver a jovencitas de la generación de cristal que se aterrorizan, ¡uy!, ante la discriminación, pero son capaces de pedir ‘dime cosas sucias’ o, semidesnudas, preguntar ‘¿quién se anima a cogerme?’ en Twitter, solamente muestra la destrucción de su autoestima y la degradación moral de la generación TikTok.
Quizás algún día un gobernante entienda la necesidad de recuperar la verdad y nuestra escala de valores, y condenar la mentira de Estado. Y se dedique a escribir una Constitución que, entre otras cosas, diga: “La mentira, la manipulación y el engaño al pueblo del Ecuador por parte del poder público y sus autoridades serán severamente sancionados por la ley”.
Algún día…