Las reformas están prohibidas

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El país pide a gritos una profunda reforma política, pero está prohibida. Solo hay un camino: el art. 444 que permite la reforma de la Constitución por una Convención Constitucional

Salvo rarísimas excepciones, la Constitución no se puede reformar. Tiene cinco candados que impiden alterarla. Cualquier consulta para hacerlo es inconstitucional. Lo insólito: ya hay una “para suprimir la Función de Transparencia”, autorizada por la CC. No se puede porque el art. 441 prohíbe la enmienda de “la estructura fundamental” de la Constitución. Esa se asienta sobre cinco pilares que son las cinco funciones del Estado. Si le quitamos uno -la función de Transparencia- se altera la estructura fundamental y la pregunta es inconstitucional. Tampoco se permite “restricciones a los derechos”. El art. 208 ordena al CPCCS, “Promover la participación ciudadana”. Su eliminación restringe el derecho de participación. Otra vez, la pregunta es inconstitucional. También se prohíbe alterar los “elementos constitutivos del Estado”. Si un niño “googlea” la frase (lo invito a hacer la prueba) va a encontrar que son “pueblo, territorio, soberanía y gobierno”. Que la CC permitiera la reforma de un órgano de gobierno -el Consejo de Participación- prueba que no saben dónde están parados. La barbaridad del dictamen No. 4-18-RC/19, lo revela: “dado que para la actual Corte Constitucional el carácter y elementos constitutivos del Estado no se circunscriben únicamente a características sino que implica [n] una amplia dimensión espacial”. ‘¡OMG!’ Vergüenza ajena. Por tercera vez, la pregunta es inconstitucional. Que la CC haga equivocar al presidente es malo. Que un estudiante de primer año en cualquier lugar del mundo pueda comprobarlo, es vergonzoso. Pero que Google sea más confiable que la Corte Constitucional del Ecuador raya en la ridiculez. ¿Alguien toma en serio a un país así? Repitamos mil veces: los elementos constitutivos del Estado son pueblo, territorio, gobierno y soberanía. Por eso, está prohibida toda reforma concerniente a ellos. Y por eso hay que quemar el bodrio de Montecristi y… conseguir una corte de verdad. El país pide a gritos una profunda reforma política, pero está prohibida. Solo hay un camino: el art. 444 que permite la reforma de la Constitución por una Convención Constitucional.