Para tonto no se estudia

No hay duda de que al acuñar la premonitoria frase #ParaTontoNoSeEstudia, Correa se anticipó al futuro
La Constitución garantiza el derecho a la propiedad en todas sus formas. El dinero que los ecuatorianos han ganado, ahorrado o invertido a lo largo de su vida, se encuentra así, constitucionalmente garantizado. Su incautación para reemplazarlo con lelo dólares o lo que fuere, es una vulneración constitucional al derecho de propiedad. Igual que decir: “Voy a incautar tu casa, pero te voy a asignar una digital en el blog gubernamental”.
Hay que ser supremamente ignorante para proponer algo así.
El dinero (que en el Ecuador es el dólar) no es sino una unidad de valor asignado a bienes y servicios para poder transarlos. Sin embargo, su existencia se basa en algo de lo cual carecemos usualmente: la confianza. De ahí que Yuval Harari lo defina así: “El dinero es el más universal y más eficiente sistema de confianza mutua que jamás se haya inventado”.
Por eso, desde la antigüedad -cuando se acuñan las primeras monedas- el mensaje es siempre el mismo: “Yo, el gran rey Fulano de Tal, os doy mi palabra personal de que este disco de metal contiene exactamente cinco gramos de oro. Si alguien osa imitar esta moneda, eso significa que está falsificando mi propia firma… Castigaré este crimen con la mayor severidad”.
El caso del dólar no es distinto. Su aceptación universal se funda en la confianza. “Tomemos un billete de un dólar y observémoslo con detenimiento. Veremos que es simplemente un pedazo de papel de color con la firma del secretario del Tesoro de Estados Unidos a un lado y la leyenda “En Dios confiamos” en el otro. Aceptamos el dólar como medio de pago, porque confiamos… en el secretario del Tesoro de los Estados Unidos”.
El patacón argentino no ‘es’ un dólar, sino una simple imitación. No es el secretario del Tesoro de los Estados Unidos quien lo respalda. Un lelo dólar o “un dinero digital de banca central que permita aprovechar la dolarización con medios de pago domésticos”, sería igual: confianza cero. (Este cree que se trata de dictar políticas monetarias para la cocina de su casa).
No hay duda de que al acuñar la premonitoria frase #ParaTontoNoSeEstudia, Correa se anticipó al futuro.