Roberto Passailaigue: Creación de la U. de Guayaquil
El proceso complejo de creación de la Universidad de Guayaquil marcó su destino
El Congreso Nacional presidido por Pedro Carbo Noboa en 1867, acordó la fundación de la Junta Universitaria del Guayas, instalada el primero de diciembre de ese año, y tenía la facultad de otorgar grados y títulos, considerándose esa fecha como la fundación de la Universidad de Guayaquil.
La primera Facultad creada fue la de Jurisprudencia, en 1868. La Ley Orgánica de Instrucción Pública de febrero de 1877, tras un período político inestable, vuelve a crear la Junta Universitaria de la Provincia del Guayas, instalándose por segunda ocasión y designando rector al Dr. Francisco Campos Coello. Contaba con dos facultades: de Jurisprudencia y de Medicina y Farmacia, fundada el 7 de noviembre de 1877. En su fundación participaron importantes figuras, como el obispo Luis de Tola y Avilés, el notable prócer Pedro Carbo Noboa, pese a lo cual atravesó años de incertidumbre y complicaciones, llegando como Junta Universitaria a anexarse al colegio San Vicente, actual Vicente Rocafuerte. El 9 de octubre de 1883, en su condición de jefe supremo del Guayas, Pedro Carbo Noboa dispuso nuevamente su fundación, por tercera ocasión, que como en las anteriores tuvo una corta y convulsionada duración, pues no fue ratificada por la Asamblea Constituyente de 1884; sin embargo, la población continuó llamando Universidad de Guayaquil a la Junta Universitaria del Guayas.
Con el triunfo de la Revolución Liberal, bajo la presidencia del Gral. Eloy Alfaro, la Asamblea Constituyente creó por cuarta y definitiva ocasión, el 29 de mayo de 1897, a la Universidad de Guayaquil, siendo su primer rector el Dr. Alejo Lascano Bahamonde. La ‘alma mate’ porteña fue una de las primeras universidades que acogió la influencia de la Reforma Universitaria de Córdoba de 1918. (http://www.ug.edu.ec/historia/)
El proceso complejo de creación de la Universidad de Guayaquil marcó su destino y durante su existencia se ha visto afectada en su normal funcionamiento por el accionar irregular de grupos ideológicos y políticos enquistados en sus estamentos, que han captado o disputado el poder de decisión sobre ella.