Roberto Passailaigue: Educación sesgada y adoctrinadora
En Ecuador, durante el gobierno de Rafael Correa, la función pública fue tomada por militantes de Alianza PAIS
La educación es el proceso por el que oficialmente se imparte instrucción y capacitación metodológica y conocimientos a las personas, estimulando el sentido crítico e iniciativa individual y comunitaria para el desarrollo de destrezas, aptitudes y competencias personales y profesionales, para crear y trabajar.
Desde mi Columna (EXPRESO-24-06-23) con este mismo título, se expuso que “las autoridades, instructor o profesor, no deben influir transmitiendo o adoctrinando a los alumnos o personas con sus criterios ideológicos o político-partidistas, para hacer de la sociedad un caldo de cultivo para los intereses de grupos. La educación no debe ser sesgada ni adoctrinadora en ideologías ni partidos políticos”.
Es lamentable cómo en América Latina, desde la aparición del Foro de Sao Paulo en 1990 y en Europa antes, el adoctrinamiento sectario en las escuelas, colegios y universidades se ha acentuado, impulsando la guerra de ideas que auspicia la lucha de clases y resentimiento social por parte de grupos que se autodenominan ‘progresistas’ (progres), de ideología izquierdista a la que han sumado el irrespeto, irreverencia, confrontación y anarquismo; atacando a los principales valores de la sociedad, entre ellos la familia natural, para destruirla mediante su ideología de género (genéricos), la que no corresponde a la ideología de una normal generación actual, sino que se trata de una ideología degenerada, base de los actuales problemas.
En Ecuador, durante el gobierno de Rafael Correa, la función pública fue tomada por militantes de Alianza PAIS como parte de un proyecto para perennizar la revolución ciudadana y la figura de sus líderes, en un gobierno que duraría más de 200 años, al más puro estilo Castro-Chavista.
Acatando los lineamientos del Foro de Sao Paulo, se tomaron todos los Poderes del Estado, los organismos de control y los organismos rectores del Sistema Nacional de Educación y el de Educación Superior, para adoctrinar y concientizar a niños y jóvenes de ideologías de izquierda y del Socialismo del Siglo XXI. (Continúa)