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Roberto Passailaigue | Educación sesgada y adoctrinadora (II)

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Ya desde 2015, altos representantes del correísmo empezaron a migrar hacia instituciones autónomas

Ideólogos progres y seguidores de RC se tomaron el Sistema de Educación Superior y el Sistema Nacional de Educación para adoctrinar a los jóvenes y estudiantes utilizando libros planificados, elaborados, impresos y distribuidos por el Ministerio de Educación, fomentando el movimiento revolucionario progresista en América Latina y Ecuador, atacando a la derecha, capitalismo, libre empresa y a los liberales. (EXPRESO-Desde mi columna- 01-05-21)

Ya desde 2015, altos representantes del correísmo empezaron a migrar hacia instituciones autónomas, organismos internacionales o a tomarse universidades públicas y privadas. Quisieron hacerlo con la Universidad Andina, pero sus autoridades y la comunidad universaliza lo impidieron haciendo uso del derecho y valentía, oponiéndose a la tiranía despótica del presidente y de su ejecutor, el Zar de la Educación Superior, el inefable René Ramírez, el de los lentecitos rojos, quien dirigiría la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología -Senescyt-, y a su vez presidía el Consejo de Educación Superior; desde afuera instruía al entonces Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces), haciéndose llamar “Rector de los rectores”, siendo el encargado de tramitar con una secretaria del despacho presidencial, Cancillería y legaciones diplomáticas, las condecoraciones y más de 20 títulos de Doctor Honoris Causa para inflar el ego del entonces presidente Rafael Correa, superando al científico Albert Einstein, que solo obtuvo 10.

En la presentación de la propuesta del nuevo Plan Decenal de Educación (febrero de 2016) elaborado por el Ministerio de Educación a puerta cerrada con simpatizantes de la Revolución Ciudadana, se dijo con bombos y platillos que, “requerimos maestros con conciencia revolucionaria, un sistema de educación que forme jóvenes críticos, que sueñen, que construyan una sociedad más justa”, en evidente apología de un trabajo político de concienciación y adoctrinamiento organizado para nuestra niñez y juventud, en instituciones fiscales. (Continúa)