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Roberto Passailaigue: El legado de Lenín

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Los dos presidentes que lo han sucedido no han logrado hacerlo, por el contrario, les han dado mayor importancia y cabida

Título de un artículo publicado el 24 de abril de 2021 cuyo contenido, ahora después de tres años, tiene plena vigencia. Me permitiré reproducirlo, porque hace bien recordar las lecciones de la historia.

“Mucho se ha dicho que el gobierno que está por terminar ha sido inoperante, con funcionarios caracterizados por la desidia e incompetencia... …identificado inicialmente como el delfín del anterior presidente, nació con el pecado original de ser el sucesor de Rafael Correa, y ganó en una elección caracterizada por la actuación poco transparente del Consejo Electoral manejado totalmente por el gobierno de turno y que, luego de ir perdiendo, después del corte de la energía eléctrica, reapareció liderando la tendencia del voto. El resto es historia.

…Al igual que otros analistas sociales y políticos, estoy seguro que cualquier otra persona que hubiera ganado en dichas elecciones, no hubiera logrado hacer lo que logró Lenin.

En un Ecuador polarizado, tomado por el correísmo y sus huestes en todas sus instancias, instituciones, funciones del Estado, organismos de control y la administración pública, si resultaba electo otro candidato no oficialista, habría sido destituido con su binomio a los seis meses como máximo, y asumía la Presidencia de la República el presidente de la Asamblea con mayoría absoluta del correísmo y seguía el jolgorio. No hay mejor cuña que la del mismo árbol.

El legado de Lenín es haber recuperado la democracia, el respeto y las libertades en nuestro país, donde gobernó con la más grave crisis económica heredada y alejado de las actuaciones dictatoriales de su antecesor, no obstante que la administración pública estuvo infestada de correístas. Trató de descorreizar el Ecuador, no lo pudo hacer, porque la ideología progresista del socialismo del siglo XXI, aún está enquistada… Dura tarea le corresponderá efectuar al presidente electo, continuar con la tarea de descorreizar al Estado”.

Los dos presidentes que lo han sucedido no han logrado hacerlo, por el contrario, les han dado mayor importancia y cabida, permitiendo que se tomen instituciones claves.