Roberto Passailaigue | La Vieja Casona (II)
Este fue un espacio cultural, tiene un museo, un paraninfo histórico (…)
El rector de la Universidad de Guayaquil, Ab. León Roldós, con buena visión y gestión concretó en 1995 el acuerdo con el BEDE para el financiamiento de los estudios y restauración de la Casona a cargo del Arq. Rafael Arízaga, para cuyo trabajo se trasladó la parte administrativa y el rectorado a la Ciudadela Universitaria, que había sido denominada Salvador Allende, colindante con la ciudadela Bolivariana y el ramal el estero Salado, donde se desarrollaba la actividad académica. La restauración fue muy buena, pero el mal uso de sus instalaciones, la falta de mantenimiento y el descuido de sus autoridades volvieron a deteriorarla.
En noviembre de 2018 el rector y presidente de la Comisión Interventora para la Universidad de Guayaquil recorrió el inmueble patrimonial y verificando el estado de abandono, expuso: “El deterioro es grande. Este fue un espacio cultural, tiene un museo, un paraninfo histórico (…). Lo que ha ocurrido es un atentado contra la historia del Ecuador, un crimen contra la cultura de los pueblos” (Elena Paucar- El Comercio, 14 de noviembre de 2018).
Con recursos propios de la universidad se efectuó una pequeña restauración para habilitarla, en especial el Paraninfo Universitario, recomendando efectuar una intervención más a fondo. En la actualidad se sigue destruyendo por falta de mantenimiento y de recursos propios, siendo necesario que se vuelva a efectuar una nueva intervención y restauración general. El deterioro de la infraestructura de la Casona Universitaria de Guayaquil afecta el legado cultural del lugar.
En ese entonces se diseñó un proyecto para que la Casona Universitaria Pedro Carbo recobre su gestión y legado histórico, contemplando la rehabilitación del museo de piezas prehispánicas arrumadas en proceso de deterioro, que el Paraninfo Universitario siga siendo usado para temas de trascendencia académica, cultural o administrativa de la Universidad de Guayaquil y de la sociedad, habilitar los espacios destinados al coro y escuela de arte escénica de la universidad, así como para teatro y tres cafeterías concesionadas para autogestión.