Absurdo borrador al Reglamento a LOEI
No se deje sorprender por los correístas progres genéricos, enquistados en el Ministerio de Educación.
El Ministerio de Educación ha presentado a la Presidencia de la República un borrador de Reglamento a la Ley Orgánica de Educación Intercultural -LOEI, seguramente acogiendo criterios de ciertos sectores y para contentar sus exigencias. En una suerte de coctel licuado, lo armaron en un cuerpo difuso y disperso, sin ordenamiento lógico legal, sindéresis, ni criterio de la hermenéutica jurídica. No se puede desnaturalizar la actividad de los establecimientos particulares regidos por el derecho privado para suplir al Estado en su obligación de proporcionar una educación de calidad, confundiendo a la educación privada con los establecimientos públicos sin individualidad o diferenciación alguna, cuando dentro de los mismos públicos existe separación y diferencias con el sistema intercultural bilingüe, que ahora será autónomo e independiente.
La educación inclusiva es obligatoria, pero sin discapacidades asociadas o graves, las que deben ser tratadas por una educación especializada a cargo del Estado y no pretender obligar a todos los establecimientos a que acojan a estudiantes con cualquier tipo de discapacidad, pues al no ser especializados el remedio será peor que la enfermedad.
El régimen disciplinario en el sistema educativo es formativo, no sancionatorio castigador y es un error pretender que el proceso educativo sea inquisidor, con procedimientos homologados a la justicia penal ordinaria, lo que perjudicará a todo el sistema.
Disponer que las comunidades aledañas a los establecimientos educativos participen en la confección de los códigos de convivencia es una aberración jurídica de corte comunista, que traerá la politización y adoctrinamiento del sistema, así como que puedan solicitar hacer fiscal a la institución privada, incautándola con sus activos, dejando el pasivo laboral para los promotores afectados.
Señor presidente Lasso, usted ha manifestado respetar los derechos de todos los sectores ciudadanos, garantizando la libre empresa y propiedad privada. No se deje sorprender por los correístas progres genéricos, enquistados en el Ministerio de Educación.
