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Un año que se va

Avatar del Roberto Passailaigue

Los malos operadores de justicia ya son identificados como parte de la organización delictiva

Hoy termina el 2022 dando paso a un nuevo año, con muchas expectativas y esperanzas, dentro de una sociedad enferma de desidia, abulia y quemeimportismo.

Haciendo un balance del pasado, veremos que el año que termina se caracterizó por el reencuentro social, renacimiento cultural, recuperación económica y una nueva normalidad mundial, luego de una pandemia que asoló a la humanidad durante los años 2020 y 2021. Del confinamiento y encierro se logró apreciar lo que es vivir en sociedad con familia y amigos; el significado y efecto de la comunicación interpersonal, un apretón de manos y abrazos proscritos durante la pandemia. La interrelación del ser humano es lo que modela el espíritu, ejercita la mente y afina los sentimientos, lo que ha sido un aspecto positivo que se obtuvo de la experiencia negativa.

En el 2022 se evidenciaron malos manejos por corrupción dentro la administración pública, incubada, desarrollada y sostenida en años anteriores, pero la percepción es mayor porque no se ha ocultado ni solapado, y se ha resuelto combatirla a toda costa, lo que le da el toque positivo al año que se acaba.

Se acrecentó la delincuencia común y organizada, no hay ciudad ni lugar donde no operen bandas criminales, delictivas y de narcotraficantes, que antes convivían en acuerdos de no agresión con las autoridades. Ahora la evidencia es alarmante, por la declarada guerra al crimen organizado y el narcotráfico. Ojalá que se mantenga como política de Estado esta lucha antidelictiva que ha tomado fuerza en el país.

Los malos operadores de justicia ya son identificados como parte de la organización delictiva, llegando a ser destituidos, pero mientras no los metan presos no va a cambiar nada, solo elevarán la contraparte del ‘favor’.

Vemos que, dentro de lo malo, podemos obtener aspectos positivos con los que, de seguir cambiando así, podríamos construir el próximo año una convivencia pacífica, de orden y respeto, procurando el bienestar común de todos, no solo ‘el buen vivir de unos’ en contra de los otros que no sean de la argolla o pandilla ideológica. ¡Feliz Año Nuevo!