No hay libertad sin responsabilidad

Los derechos inalienables son propios de cada persona. No son demandas sobre la producción o energía de otro. No se exige, de terceros, ningún favor especial, sino abstención de la coerción sobre “mis” ideas y “mis” acciones. “¡Quítenme las manos de encima!”. Todos y, principalmente los gobiernos, deben respetar la libertad de cada individuo y la inviolabilidad de sus derechos fundamentales: vida, libertad y propiedad. La Declaración de Independencia de EE.UU. dice: todo humano tiene “derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad”. Individualismo, autodisciplina y trabajo. No somos iguales. Ni los gemelos. La identidad es identificación. Nunca hay igualdad. La vida, la libertad y la propiedad son derechos negativos. El adjetivo “negativo” no es peyorativo, nefasto o pesimista. Los derechos negativos son propios e inalienables de cada ser humano. Por nacimiento. No son concesión del Estado ni de la burocracia. Es el concepto del derecho natural, base del sistema que representa libertad, individualismo, propiedad privada y derecho a la búsqueda de la felicidad. El ser humano es el único animal que, controlando sus instintos naturales, razona. Por su capacidad para pensar, realiza abstracciones, convierte sus instintos en valores y estos en derechos para obtener la convivencia civilizada. No lo hace por instinto. Su mayor virtud y privilegio es su libertad, de la que, necesariamente, debe responder. Es decir, no hay libertad sin responsabilidad. El derecho negativo es una prohibición para todos: no matar. No agredir. No robar. No estafar. Los derechos negativos de vida, libertad y propiedad obligan a los seres humanos a no quitárselos a sus semejantes, por reciprocidad y porque son anteriores al orden jurídico positivo, que norma la ley y cuya finalidad es protegerlos. Es ausencia de coacción sobre los individuos. John Stuart Mill sostiene que compete al orden político proveer mecanismos para arbitrar disputas entre eventuales conflictos con otros valores humanos. El ámbito del orden político es proteger a los ciudadanos y defender sus libertades. Jamás pretender igualarlos. La igualdad no existe, es abuso del derecho positivo.