Rosa Torres | Los chats del caso Metástasis
No puede haber justicia en el Ecuador cuando hay jueces y fiscales comprometidos con el narcotráfico y el crimen organizado
Los pocos chats de Leandro Norero, colgados en la página web de la Fiscalía para que la ciudadanía pueda leerlos directamente, muestran apenas una pequeña parte del grado de permeación de la delincuencia organizada y de los narcotraficantes en todos los niveles de gobierno y en todas las instituciones del Estado, principalmente en el poder jurisdiccional.
Seguramente, más conversaciones y nuevos nombres saldrán a la luz en los próximos días dentro de la investigación del caso Metástasis, que con seguridad no habría sido posible si uno de los principales narcos ecuatorianos no hubiese muerto asesinado en la última matanza carcelaria en el país. No hay que olvidar que fue su muerte lo que le dio acceso a la Fiscalía al teléfono celular del hombre que, desde la cárcel, mandaba a matar a cuanto hombre y cuanta mujer le fueran incómodos en sus negocios y en sus pretensiones de tener más jueces y más fiscales a su servicio, para que sus delitos queden en la impunidad.
Pero los procesados y los que aún no lo están, porque no hay pruebas de sus vinculaciones criminales, ya sabían de las investigaciones de la Fiscalía porque hay muchos agujeros abiertos en los mandos altos, medios y bajos, que permiten diariamente la fuga de información al más alto nivel.
Muy probablemente, los cómplices de los imputados en este caso ya estarán en otros países, moviendo sus influencias para evitar que sus nombres salgan a la luz pública y, pidiendo a sus brazos jurídicos y políticos que los defiendan con argumentos como el de que la operación se ejecutó para frenar el concurso de jueces, con la intención de apoderarse de la Judicatura, de la Corte y del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
No me sorprendería que mañana, por algún artilugio legal, la investigación se trunque y los detenidos recobren su libertad, como lo han hecho antes sus compinches. Porque no me cabe duda de que hay más jueces y fiscales involucrados, que hacen todo mal para beneficio de los criminales.
Ante este dantesco panorama, ¿cómo se puede pedir justicia a fiscales y jueces que están al servicio del narcotráfico y el crimen? ¿Cómo se puede confiar en policías liderados por mandos criminales? La depuración y la carrera judicial urgen.